El cambio climático es un hecho, no una opinión. En tiempos de negacionismos crónicos, de justificaciones banales y discusiones que terminan quitándole el foco a lo que realmente importa, entender qué es y qué podemos hacer es vital porque el tiempo se acaba.
¿Qué es el cambio climático?
Estas dos palabritas se refieren a la variación global del clima de la tierra. No es algo que no haya pasado antes; de hecho el cambio climático también sucede por causas naturales y es de este argumento que se agarran los negacionistas para decir que no está pasando nada y que todo esto es una exageración. Porque si antes ya pasó, ¿por qué no iba a estar pasando ahora?
El problema es que ahora la velocidad con la que están ocurriendo estas variaciones son mucho más veloces que antes, lo que nos da un panorama bastante sombrío para el futuro del planeta. Hay un consenso generalizado entre los científico acerca de que nuestro modo de producción y consumo energético está provocando una alteración climática global que está impactando en los sistemas ecológicos de nuestro planeta. Es decir, no es todo natural y no es la ley de la vida la que hace que en promedio la temperatura durante el siglo XX haya aumentado 0.6 grados y que el nivel del mar haya crecido de 10 a 12 centímetros. Somos nosotros.
¿Podemos evitar el cambio climático entonces?
No. Mucho de lo que vivimos ahora tiene que ver con lo que se hizo 50 años atrás o más. Los gases de efecto invernadero acumulados en la atmósfera tienen su consecuencia tiempo después. Las políticas para reducir la emisión de estos gases apuntan a que en un futuro no siga empeorando la situación, no para evitar la situación actual.
¿Significa que no podemos hacer nada?
Cuando hablamos del planeta, hacer nada jamás es una opción. Las opciones que tenemos ahora son las de adaptación y mitigación mientras trabajamos para no empeorar el futuro.
¿Qué es la adaptación y la mitigación?
El cambio climático es un hecho como dijimos al comienzo; nos está pasando y nos continuará pasando por los próximos años. Y como todos los seres vivos, nos toca adaptarnos a lo que vendrá mientras que al mismo tiempo, tomamos medidas para mitigar, es decir, reducir los daños que estamos causando a través de herramientas como la transición energética.
¿Y qué sería la adaptación y la mitigación para los costeros?
Todas las ciudades y pueblos costeros del mundo deben entender a la adaptación y a la mitigación como políticas indispensables para la sobreviviencia de las mismas en el futuro. Para La Costa, la adaptación implica realizar acciones que disminuyan la vulnerabilidad del partido frente a lo que vendrá. Diversificar la economía para no depender exclusivamente del turismo es una de ellas porque si el día de mañana nos quedamos sin playas o ya el paisaje deja de ser lo que es hoy, se muere el municipio. Y con ello la comunidad. La restauración del paisaje costero para combatir los efectos de sudestadas dejando de depredar médanos y prohibiendo construcciones en la franja medanosa es otra acción indispensable. Estar preparados para condiciones climáticas más duras (lluvias que nos inundan o falta de lluvias) también debe formar parte de las políticas municipales. En el caso de la mitigación, acciones como mejorar el transporte público y evitar que muchos dependan de autos para movilizarse dentro del propio partido evitaría la emisión de gases de efecto invernadero innecesarias. También contar con una gestión de residuos sólidos urbanos sostenible que apunte a reducir, reciclar y reutilizar es indispensable.
Como se puede ver, las acciones de adaptación y mitigación son acciones que pueden realizarse ahora. YA. Son acciones que tendrían que haberse puesto en marcha hace años. ¿Es tarde para hacer algo por el Partido de la Costa frente al cambio climático? Es tarde para todos, en realidad, estemos donde estemos. Pero será más tarde si lo dejamos para después y las consecuencias pueden no ser posibles de contrarrestar.