Una nueva derrota del equipo comandado por Aníbal Biggeri, ante un conjunto que supo golpear en los momentos justos y que aprovechó errores (repetidos) de la defensa visitante, que nos da una visión más real de para qué está Chacarita.
Sábado 16.15, finalmente dispuso A.F.A para que se realice el encuentro entre Atlético Paraná y Chacarita. El local venía de perder su encuentro de visitante y Chacarita había recibido un martillazo a la ilusión tras caer por 3 a 1 ante Santamarina en San Martín. Por ello, el cuerpo técnico impuso tres variantes: Módula por Nizzo (quien había llegado a la 5ta amarilla) Jonathan Menéndez por Melivilo (por parálisis facial), y uno netamente táctico, el de Mariescurrena por García.
El partido comenzaba con un Chacarita dominador, con los defensores cerrando y anticipando la embestida rival y con un ataque ligero pero impreciso como hasta este momento del torneo. La más clara para Chaca la tuvo Aliendro tras un pase magistral del enorme Damián Manso, pero en la línea la sacó un defensor rival.
Hasta allí, parecía un partido parejo, pero que el que estaba más cerca de pegar primero era el funebrero. A pesar de ello, como esto es fútbol, pasó exactamente lo contrario. Minuto 20, y tras un pelotazo frontal (parecido, parecido, a uno de los goles recibidos una semana antes en San Martín), error de la dupla central de Chacarita, hablamos de Fernandez y Rocaniere, que habilitan a Ledesma para que éste sólo tenga que definir a uno de los palos de César Taborda. Otra vez un error de principiantes pone al tricolor con un gol en contra. Pero eso no fue todo, amigos, diez minutos después, y desde un tiro de esquina, vendría el segundo tanto para el local. A ver, usted, que no vio el partido, preguntará: ¿cómo desde un tiro de esquina y sin que ningún rival salte a cabecear te pueden hacer un gol? Fácil, perdés la marca de uno de los defensores centrales (sí, a esos que los libros dicen que son los primeros que tenés que marcar en un tiro de esquina en contra) como hizo hoy Chacarita y dejás que le peguen cuando cae la pelota al suelo, como pasó.
Increíble, a esta altura del partido ya no podemos poner de excusa a los lesionados porque lo que sucedió hoy fueun cúmulo de errores de un equipo netamente amateur, éstos errores se pueden ver los domingos en el polideportivo de San Andrés cuando juegan los infantiles en la cancha grande, pero no en el primer equipo en una segunda categoría.
Para colmo de males, y otra vez diez minutos después, Noir, desde un ángulo prácticamente imposible, en un tiro libre la pone en el segundo palo para el 3 a 0 parcial. De ahí nada al final del primer tiempo. Chacarita inmerso en una profunda depresión futbolística como hace tiempo no se veía.
Para el segundo tiempo, Biggeri dispuso poner de movida a Ugo Carabelli (quien muestra movimientos interesantes cada vez que le toca ingresar) pero poco pudo cambiar, si el único que intentaba jugar era Manso, y este Chacarita tiene esa maldita costumbre de querer ingresar en el arco contrario con la pelota (basta muchachos, eso dejémoslo para Barcelona o Real Madrid, acá hay que pegarle al arco)
Sólo una pizca de rebeldía, quizás se podría decir, en el centro de Paredes para el gol de Zapata (el primero que convierte sin ser de penal) que descontó en la tarde de Paraná.
Este medio, y en particular quien escribe, está a favor de Aníbal Biggeri y se lo banca a morir, pero no banca que no se tenga reacción ante un golpe rival ni se corrijan errores básicos del fútbol. Por lo pronto, hay que decir que en Paraná se recibió un duro golpe a la realidad.
[highlight ] Jonatan Gramuglia [/highlight]