Y así venía Chacarita. Con ese gran triunfo frente a Newell’s que alimenta la enorme historia del club. Esta vez viajando a Gualeguaychú para enfrentar a Juventud Unida.
El fútbol nos enseña que ningún partido se repite y los equipos, salvo extraordinarias excepciones, son incapaces de mantener un mismo rendimiento.
Chacarita hace tiempo que perdió su identidad.
Por lesiones, por la imposibilidad de repetir formaciones y sobre todo, porque no hay sociedades dentro del campo que faciliten el buen juego. Depender de Manso (como de cualquier otro) nunca es bueno.
El campo de juego en pésimas condiciones y los errores gravísimos en defensa fueron los causantes de la derrota funebrera. Juventud, acostumbrado o no a su cancha, eligió el camino más feo en cuanto a lo estético: pelotazos y centros. Chacarita, siempre prefiere el toque y la sana intención del juego. Pero carece de ideas y circuito futbolístico para llevar a cabo semejante propuesta.
El desarrollo del juego fue irregular. El partido no tuvo los condimentos necesarios para dejarlo a uno pegado a la pantalla de TV ni prestar demasiada atención estando en la cancha misma. El 4-2-3-1 que intenta Biggeri pregona supuestamente el desequilibrio por las bandas de Aliendro y Melivilo. El juvenil funebrero tiende a volcarse por el centro y Melivilo no es el mismo que se fue a Lanús. Chaca carece de juego externo, entonces, al estar todos por el centro, terminan chocando y chocando. Otro error de Fernández en defensa (seguimos contando) le permitió al rival abrir el marcador. El empate llegó rápido, pase de Manso para Aliendro rebote en un jugador del local y gol de Chacarita. La segunda etapa se fue consumiendo entre las intenciones del local y la típica laguna en la que cae Chaca cuando no encuentra ideas para dominar el juego.
Otro gol de Zampedri terminó por derrumbar las pocas esperanzas de traerse los tres puntos. El empate tampoco hubiese sido un gran resultado. Pero para los mediocres empatar de visitante (según el desarrollo) es positivo. Gustos son gustos dicen. Lo que está claro es que este Chacarita deambula en este torneo realmente competitivo. No importa contra quién se pierde, acá lo que realmente importa es por qué no se puede ganar. Encontrar los motivos, resolver esos interrogantes será fundamental para volver al camino correcto.