ESPECIALES NdR | #ContraElecciones2015
Repasando el prontuario de los postulados-nominados a los comicios 2015, en esta entrega conozca a Diego Liñán, actual precandidato a concejal por la lista de Leandro Alonso dentro del sector Cambiemos (NdR: risas por doquier, por la denominación). Que no queden dudas: lo más honesto de las campañas proselitistas son los días de veda.
[alert type=red ]El presente informe apareció en la edición de mayo de 2012 de la revista Notas de Redacción. Por tal motivo, recomendamos: en las PASO, haga como nosotros: PASE. Y en las generales, TAMBIÉN.[/alert]
POLILADRON
Lejano y hasta quimérico es suponer que posea un ápice de resquicio donde no poder divisar algo que no fuese impunidad e inmundicia. Ni siquiera su figura de gordito inocentón, investidura fisonómica que le sirve para aparecer como lobo disfrazado de cordero. Ex agente del servicio penitenciario provincial y político enquistado y despojado de toda mínima ideología, Diego Liñán busca (y es buscado) permanentemente donde saciar su parasitaria sed sistemática para volcarla como en 2009 en el ARI, de Lilita Carrió, o como en la actualidad, fundando una corriente bonaerense de oscura denominación bíblica: Nuevo Amanecer. Incluso, subterfugio partidario que le sirvió para acomodar a familiares y allegados.
La historia politiquera de este abominable y defenestrable personaje oriundo de la ciudad de La Plata comenzó en Las Toninas. Allí arribó para vivir junto a su esposa en una vivienda que, según cuentan quienes lo conocieron, es propiedad de su suegro. Y no parece contradictorio o disparatado, cuanto menos casual, que esta localidad costera casi desértica le haya servido como trampolín para iniciar un derrotero de estafas de todo tipo y factor.
En 2009 Liñán encabezó la lista de candidatos a concejales, para las elecciones legislativas de aquel año. Consumado el fracaso electoral (así califican las derrotas en la política partidaria) de haber alcanzado el patético número de 1100 votos, apadrinado por el ARI de Lilita Carrió, el ex carcelero de Olmos -entre otros centros de detención donde trabajó- decidió abandonar el Partido de la Costa. O mejor dicho, fugarse del distrito, ya que antes estafó en miles de dólares a sus colegas de lista y a sus más cercanos allegados. Aunque nadie sabe o se anima a precisar con contundencia la cifra de lo hurtado y a qué cantidad de gente defraudó, algunos de quienes lo han frecuentado afirman que la mayor damnificada fue Graciela Quintana (integraba la nómina de candidatos del ARI), a quien la habría engañado solicitándole cerca de 10 mil dólares, alegando colaboración para solventar la campaña proselitista. Algo que, en efecto y obviamente, jamás sucedió.
Claro que antes de su furtiva partida, sus seguidores hasta lo acusaron de vincularse con Marcelo Pavka (en aquellos años, jefe de Gabinete del actual Gobierno), aunque no pudieron establecer qué tipo de relación los habría unido.
De todas maneras, algunos se atreven a definirla como “anómala y beneficiosa” para los intereses sobre todo económicos de Liñán. Además, por supuesto, su currículum (o prontuario) atesora haberse desempeñado como asesor del ex legislador Cristian Leban, quien al tiempo desistió atinadamente de sus servicios.
Con el desfalco consumado, Liñán –a quien en su época de carcelero en Olmos durante un motín los presos lo mantuvieron cautivo- habría regresado a su ciudad natal -La Plata-, con la finalidad de “rearmarse” políticamente. Así fue que se acercó al PRO de Mauricio Macri (foto de portada) y fundó una corriente partidaria de oscura ascendencia y casi nula trascendencia. Nuevo Amanecer, tal la denominación cuasi evangélica escogida, lo cuenta como máximo referente, dentro de un grupo de dirigentes que en su mayoría son familiares del ex policía penitenciario.
Hoy, podemos asegurar que Liñán está de regreso en el Partido de la Costa. Para ser más precisos, nuevamente morando con intermitencias en Las Toninas, aunque no residiría en la misma propiedad de su suegro que lo albergó en 2009.
Diego Liñán. Candidato a edil, político convencional, asesor de concejal, policía y ladrón. Vaya cruel historia de la mugrienta y haraposa política partidaria, que en su sinuoso camino paradójico nos presenta a estos energúmenos para tomarnos el pelo. Y más que claro está, en ocasiones (muchas) no sólo el pelo, sino el dinero (contados en fajos de a miles) de otros tantos algunos.