GANÓOOOOOOOOOOOOO CHACARITA, amigos, y qué lindo es repetirlo semana tras semana. Esta vez de una forma contundente, 2 a 0 ante un Ferro que llegaba entonado a la tarde de Villa Maipú. El funebrero venía de lograr una victoria importantísima ante Central Córdoba de Santiago del Estero y quería seguir en la racha de victorias para poder salir del descenso.
El comienzo del partido ya marcaba lo que iba a ser el resto del mismo. Chacarita presionando alto y Ferro intentando de contragolpe lastimar al funebrero. La primera jugada de peligro fue para el local: doble cabezazo en el área que llegó a tapar Limousin. Chaca intentaba pero no concretaba, mientras que “el verdolaga” se metía cada vez más atrás. Hasta que, minuto 23, centro/arco de Menéndez que pega en el travesaño, el rebote le queda a Melivilo que vuelve a meter la pelota al área chica y allí estaba el uruguayo Maldonado para empujarla a la red, ante el reclamo de todos los jugadores de verde.
A partir de allí el funebrero manejó el partido, tocando la pelota con un equipo corto y, cuando no se podía tocar, la pelota iba para arriba y Achucarro aguantaba todo. Justamente el paraguayo comenzará la jugada del segundo gol con un cambio de frente hermoso para Aliendro, que encaró y pasó a los dos rivales que se le pararon formando un triángulo, le devolvió el pase a Achucarro, que llegó hasta el fondo del área y le dijo a Menéndez “..-Empujala..”. El melli convirtió el segundo tanto del encuentro para el funebrero tras una jugada que llevaba en sí el sello Gamboa.
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El segundo tiempo netamente estuvo de más, porque Ferro se acercó sin generar demasiado peligro, salvo un centro intrascendente que pega en el palo porque Taborda no sale bien a cortarlo. Y Chacarita comenzó a replegarse e ir de contra. Pudo haberse adelantado aún mas en el marcador cuando sobre el final del partido le cometieron falta a Nizzo dentro del área, pero Limousin salvó la ropa tapándole un remate fuerte al 9 funebrero, que no puede convertir en San Martín.
Ganó Chacarita, sale del descenso y se prende de a poco arriba. Lo que me pregunto yo es: Y ahora, ¿para qué estamos?
[highlight ]Jonatan Gramuglia.[/highlight]