En el último tramo de la campaña electoral con vistas a los comicios de octubre, y a sabiendas de contar con una no tan amplia pero clara ventaja por sobre su contrincante de Cambiemos, Marcos García, el jefe de Estado comunal, Juan Pablo De Jesús, anunció un acuerdo con la empresa de capitales mixtos ABSA, para la construcción de un acueducto que posibilite, en teoría, solucionar los ingentes problemas de agua existentes en la localidad de Santa Teresita.
Lo que no confirmó el actual intendente -y candidato de Frente Para la Victoria a un tercer mandato gubernamental- es si el riesgo empresarial que demandará la tarea correrá nuevamente por parte de los futuros usuarios y no usuarios, tal como sucedió durante los ex mandatos de su padre, Juan de Jesús, y del nefasto Guillermo Magadán. Vale recordar que en aquellos años “democráticos”, ambos es jefes comunales beneficiaron a la empresa Aguas de la Costa, propiedad del explotador Victorio Américo Gualtieri -quien amasó su fortuna con la bendición del “descubridor” de los Kirchner, Eduardo Duhalde-, a quien le concedieron el beneficio de no costear ni la más mínima porción de los trabajos de inversión (tendido de red y conexiones públicas y domiciliarias, por ejemplo) responsabilizando de estas tareas a los vecinos.
Aunque De Jesús no especificó cuándo comenzarán fácticamente las obras del acueducto, ya, movilizado por la campaña proselitista, los funcionarios de su gestión iniciaron el especulativo y pantomímico acto discursivo.
Asimismo, el servicio de agua potable que “vende” ABSA sufre de serios inconvenientes de suministro en la zona Sur del Partido de la Costa, sobre todo en épocas de temporada estival, dejando por extenso lapso de tiempo a muchos de sus usuarios sin la posibilidad de acceder al vital y esencial elemento.