No estuvo a la altura de las circunstancias. Esa es la definición que resume el desarrollo del partido. Chacarita no pudo ni supo resolver los problemas que le planteó Gimnasia de Jujuy. Y encima, careció de ideas propias para ser protagonista.
Dinámica de lo impensado. El gol de Céliz al comienzo del encuentro desacomodó la estrategia establecida por Gamboa. Con el 0-1, el equipo equivocó los caminos para abrir una defensa que por momentos se agrupaba con cinco hombres. Menéndez, que a mi entender debe ser extremo por la izquierda, se cerraba y obstaculizaba la apertura del campo (avísenle que al recibir la pelota debe levantar la cabeza).
El problema más importante es la falta de movilidad que tienen las piezas dentro de la cancha. Nadie se mueve, todos esperan. Entonces el traslado es la única salida para progresar. ¿Quién traslada? Cualquiera, porque el resultado final es el mismo: chocar y chocar.
No existe un circuito futbolístico que le permita a Chacarita generar ideas. Todo depende de las individualidades y cuando las piezas fallan el sistema no funciona.
En este club somos especialistas en subir y bajar jugadores del podio. Rocaniere fue uno de los mejores defensores en el torneo pasado, hoy es criticado por su lentitud. Mellado y Nizzo tampoco se salvan de las criticas mas despiadadas.
Tenemos que cambiar la cultura futbolística en el club. Crear un paradigma que nos permita elaborar planes y trabajar con tranquilidad. Pero no. Acá todo es el momento, el ahora. ¿Objetivos a futuro? Ninguno.
Terminará este torneo y el entrenador (Gamboa u otro) traerá a su gusto nuevos jugadores. Se irán otros tantos y arrancaremos nuevamente de cero.
Lo preocupante es dejar ir jugadores que uno sabe que tienen mucho para aportar. El caso más emblemático es el de Coronel. Jugador notable, que genera admiración en propios y extraños. La lesión y la elección de Gamboa de marginarlo del equipo titular es un claro mensaje de su “idea futbolística”
También sacarle la capitanía a Rocaniere es otro mensaje, entre líneas, que algunos marcaron como determinante.
Asi es la vida de Chacarita. Sufrir y sufrir para sobrevivir y volver a empezar.
No discuto que estas cosas pasan en todos los clubes. Pero siempre hay excepciones a la regla.
La cuestión es: ¿algún día intentaremos ser diferentes?