Comienza un nuevo gobierno, comienzan las controversias. La decisión tomada hace unos días por el presidente Macri en referencia al nombramiento en comisión de dos jueces de la Corte Suprema, claramente es la primera controversia del nuevo gobierno y el primer error. La Corte de Justicia fue completada por decreto.
¿Constitucional o no?
La cuestión comienza sobre si es constitucional o no dicho nombramiento, ante lo que me declaro favorable a la constitucionalidad del decreto, aunque lo considero sumamente inoportuno desde el punto de vista político. Primero, resulta constitucional en tanto lo declara el art. 99 inc. 19 de la Constitución Nacional. Pero suma legitimidad intelectual a las designaciones, que en el segundo artículo del decreto en cuestión, manda a seguir el procedimiento normado en el artículo 222/03, es decir el procedimiento normal de selección.
Ahora, desde el punto de vista político, me declaro en las antípodas de estar de acuerdo al decreto que hace base en este artículo. Es un claro error político, que parece estar costándole al macrismo todo el crédito que había ganado en sus primeros días de gobierno, crédito bien ganado.
Cerró las filas kirchneristas cuando las mismas parecían estar en pleno retroceso, aunque es verdad, no llegó a generar un conflicto dentro del frente Cambiemos. Es que en las primeras horas de gobierno se había abierto una estela de luz, de concertación y de diálogo. La abrupta decisión del gobierno rompe aparentemente esa estela y da lugar a desvergonzados, cínicos e hipócritas ex funcionarios del anterior gobierno a manifestarse de una manera diametralmente opuesta a la que actuaban hace no más de un mes atrás.
Cambios.
Esta errónea decisión del presidente Macri nos invita indefectiblemente a preguntarnos: ¿esto es el cambio? Y si CFK hubiera hecho lo mismo, ¿qué diríamos?.
Me tomo el atrevimiento de autocontestarme, la enorme diferencia entre este decreto y los caprichos de la ex presidenta se resumen en una sola palabra: impunidad. Mientras Cristina promovía el pliego de un abogado desconocido por todos, con un currículum por demás escueto para acceder a tan alto cargo, el ingeniero nos presenta dos juristas de renombre e intachables, a tal punto que ni el más fanático kirchnerista se ha animado a criticar los nombres propuestos. Es que ni Carlos Fernando Rosenkrantz ni Horacio Daniel Rosatti son Carles, el antiguo candidato propuesto e impulsado por el Kirchnerismo. En esto me refiero que los hoy jueces designados en comisión, son inconmensurablemente más idóneos que el abogado Carles.
¿Por qué?
Entonces resta entender por qué a cinco días hábiles de gobierno se toma tan drástica decisión, una que a sabiendas iba a generar polémica. Esto es algo que va a quedar, sin lugar a dudas, dentro de las puertas de la Rosada. Nunca sabremos la motivación, aunque imagino que es debido a ciertas presiones. Presiones contra el futuro de los DNU con los que se ha manejado el presidente.
Hay que recordar que con tres integrantes, la Corte puede operar solo por unanimidad, puesto que ante la mínima falta de coincidencia, resulta imposible el arribo a cualquier fallo.
Macri está mostrando la hilacha, se muestra escapando de la sombra del débil De la Rúa y del famoso dicho “sólo los peronistas pueden gobernar”, mostrándose fuerte, dispuesto a hacer lo que haya que hacer para tomar el toro por las astas, por lo que creo imposible la marcha atrás con la medida tomada. Los modos elegidos por el presidente son discutibles, probablemente sólo el tiempo aclarará el acierto o error que se ha cometido. Es posible que la Corte se encuentre con una gran actividad en los próximos meses, y el presidente no quiere que ningún caso quede sin resolver.
Otro motivo podría resultar que ante la falta de mayoría parlamentaria y la necesidad de la mayoría por dos tercios para la designación de un juez de la Corte, es posible que ante la judicialización de muchos asuntos que deja el gobierno anterior o genere el actual, el kirchnerismo se niegue a aprobar cualquier pliego que no sea un acérrimo militante cual Carles, por lo que la Corte quedaría prácticamente trunca, imposibilitando el tratamiento de dichas cuestiones.
Hay que recordar la situación de la provincia de Santa Cruz, que no es menor. Situación que no revuela por los medios de comunicación masivos, pero cuya gobernadora se encuentra atada con alambres. Una demanda judicial promovida por la UCR tiene en jaque a la gobernadora Alicia Kirchner, la cual no ha ganado las elecciones por mérito propio, sino a través de la famosa Ley de Lemas. Dicha asunción a la fecha se encuentra bajo análisis de la Justicia, y probablemente llegará ante la Corte Suprema. Sin necesidad de hacer grandes análisis, entiendo que la designación de estos nuevos jueces puede que tenga que ver con la situación de esta provincia. De caer el gobierno de Alicia Kirchner, cae el gran bastión de Máximo y Cristina, cae el último fortín del imperio y sería un golpe letal a la expresidenta.