El próximo 20 de febrero tendrá lugar conjuntamente una protesta que llevarán adelante proteccionistas y animalistas a las puertas del Seaquarium, de Miami, y en (In)Mundo Marino, de San Clemente del Tuyú. El evento servirá para exigir la liberación inmediata de las orcas Lolita, que hace 45 años se encuentra cautiva en la cárcel oceanaria de Estados Unidos, y de Kshamenk, con 25 años presa en el aberrante presidio costero.
Proteccionismo animal sin fronteras
Por tal motivo, en contacto con la Radio Ha Vivido Equivocada desde Miami, Alejandro Dintino, proteccionista y animalista argentino que reside hace 16 años en La Florida, aseguró estar en “permanente comunicación con Argentina por lo que sucede con los animales explotados por (In)Mundo Marino. Aquí, el Seaquarium, creo, prontamente deberá cerrar sus puertas debido a la presión que estamos ejerciendo para que este tipo de aberrantes espectáculos se terminen de una buena vez”.
El Oso Arturo, otra de las preocupaciones del animalista
Asimismo, Dintino dijo que también comenzarán con una cruzada solidaria para que el oso polar Arturo, quien se halla en un zoológico de la provincia de Mendoza en condiciones alarmantes, sea trasladado a Canadá, para que pueda vivir sus últimos años en un hábitat adecuado. “Es intolerante e inadmisible que Arturo deba padecer 40 grados de temperatura siendo un oso polar. No entiendo al poder político que no se ocupa de trasladarlo urgentemente a una reserva canadiense donde pueda encontrarse en condiciones más acordes a su naturaleza”, agregó.
Por último, sostuvo que no existe nada de “educativo ver a animales sufriendo y muriendo a causa de este negocio”, como pregonan mentirosamente los mercaderes de los acuarios. “Con nuestro activismo le estamos tirando abajo el negocio a Miami Seaquarium”, añadió. “Hay que seguir concientizando para terminar con estas cárceles de animales”.
Alejandro Dintino: “Vaya uno a saber qué tiene de educativo ver a animales sufriendo y muriendo a causa de este negocio”
En tanto, criticó con vehemencia a (in)Mundo Marino, “cuyos crueles responsables prometieron en su momento recuperar a Kshamenk y liberarla nuevamente, algo que jamás cumplió. Han pasado ya 25 años que la orca se encuentra en cautiverio, explotada y viviendo en condiciones absolutamente inadecuadas, en una carcelera piscina que no reúne ni siquiera los mínimos requisitos para su subsistencia”.