El relator de la radio de Madryn lo dice todo: “magistral actuación de Brown, con muchas ganas, como hace mucho no sucede”. Claro, del otro lado el rival es Chacarita. Y de visitante. Esta vez la derrota fue dura. Tres a cero inapelable, que pudo ser mayor, ante un equipo que no halla el rumbo, a pesar de los nombres de experiencia que sumó para este campeonato. Sólo tres puntos de doce en juego y nuevamente a pensar en el promedio del descenso, más que en la esperanza del ascenso.
Una mala costumbre
Poco para destacar, muy poco, en este nuevo papelón futbolístico demostrado por el equipo conducido por Fernando Gamboa, quien deberá replantearse qué estilo de juego pretende imprimirle al equipo. La prueba más fehaciente del desconcierto del técnico lo marca el hecho de haber conformado un plantel para jugar con tres defensores, deshaciéndose de marcadores de punta como Maximiliano Paredes, por ejemplo, y relegando al juvenil Ian Escobar. A tan sólo cuatro fechas de iniciado el certamen, ya desde la tercera, Gamboa decidió parar una línea de cuatro defensores. ¿El resultado? Dos derrotas. Una, injusta (ante Boca Unidos, en Corrientes); la otra, lapidaria. Esta ante un más que modesto Brown, que sólo con actitud llevó por delante a Chacarita, que sólo atina a seguir dependiendo de Damián Manso para generar algo parecido a fútbol. Claro, cuando el Piojo defecciona, los hinchas funebreros sólo asisten a los arranques de los mellizos Menéndez, quienes parecen jugar para otro equipo (el Deportivo que lleva su apellido).
Estéril será esbozar un comentario de lo que ocurrió en Madryn. Sencillamente decir que ya la mayoría comienza a avizorar un final de ciclo para Gamboa, quien tozudamente no soluciona los sistemáticos infantiles problemas defensivos que el equipo muestra en cada partido. Otra vez, Brown consiguió los dos primeros goles de cabeza, ante centros que encuentra estáticos a los defensores y a Pedro Fernández. Encima, sin juego fluido en la mitad de cancha (Mellado, el bastión de las imprecisiones) y con un solo delantero (Coniglio), quien queda desconectado del juego asociado luchando en soledad ante las defensas rivales. Como si fuera poco, las pocas posibilidades de gol que posee, las dilapida de manera increíble.
[divider]Lo que viene[/divider]
El próximo fin de semana Chaca volverá a ser local. El rival, Juventud Unida (Gualeguaychú), otro que llega golpeado por los resultados adversos. Aunque, sabiendo que Chaca es el que está enfrente, la oportunidad de reponerse es casi inmejorable.
Chaca alistó a Pedro Fernández; Racca, Re, Rosso y Zbrun; Nahuel Menéndez, Mellado, Rivero y Manso; Jonathan Menéndez; Coniglio. En la segunda parte ingresaron Casa, Oroz y Lazarte (debut del juvenil marcador de punta izquierda), por Racca, Manso y Rosso, respectivamente.