El comisario de Pinamar, quien tuvo un paso por la dependencia con asiento en Mar de Ajó, en 2014, Gerardo Fabián Guiñazú, fue desplazado de su cargo por el intendente pinamarense Martín Yesa, luego de haber sido grabado por su Jefe de Calle narrando cómo estafaba a la gente.
El inescrupuloso Guiñazú se jactó, mientras relataba anécdotas de sus desfalcos, de “dejar en pelotas a los borrachos” que llegaban a la estación policial, a quienes “les robaba todo; era el precio que debían pagar por dejarlos libres”, afirmó el nefasto policía.
Con prontuario costero: fue Comisario en Mar de Ajó
Asimismo, Guiñazú se encargaba de organizar procedimientos ilegales, en donde amenazaba y estafaba a comerciantes, a la vez que realizaba allanamientos ilícitos para el mismo fin.
Metafóricamente, cuando asumió como titular de la dependencia de Pinamar, lugar al que recaló luego de sus pasos por La Matanza y el Partido de la Costa, señaló que “mi despacho está en la calle”. Indudablemente, estaba en las calles, estafando a la comunidad.
¿Todavía algunos seguirán pensando que existen policías buenos y policías malos? Me parece, que ya a esta altura, sólo existen policías. Con todas las causas y circunstancias que los llevan a ejercer esta indigna vocación de torturas, robos, maltratos, delitos y asesinatos, entre otros desfalcos propios de símiles humanos con serios complejos de inferioridad.