Los manifestantes que se oponen a la construcción del Polo Industrial contaminante en La Lucila y los que hacen lo propio con la depredación del frente playero y la construcción de balnearios unieron hoy (domingo 9) sus protestas y se movilizaron para mostrar su descontento y sin presencia de partidos políticos y medios de comunicación convencionales.
La unión hace la fuerza
A primera hora, en la plaza central de La Lucila, turistas -en su gran mayoría- y residentes estables debatieron sobre los pasos a seguir con respecto a la lucha que llevan adelante parea que no se instaure en la localidad un emprendimiento nocivo que encierra una planta de asfaltado y una terminal pesquera. En tanto, en horas de la tarde, el epicentro de la protesta se trasladó a la baja a playa de la calle Rial, en el barrio San Rafael, de Mar de Ajó, para proseguir reclamando que no se deprede más el frente marítimo. Ambas concentraciones fueron compartidas y se concluyó que de ahora en más las movilizaciones se aunarán en pos de una causa común que es la defensa de la vida y el medio ambiente.
La desidia de los medios de (in)comunicación
Párrafo aparte merecen los medios de comunicación convencionales ausentes en cada momento en que la complejidad social se evidencia. Los casos más patéticos y reprochables los encabezaron, como es casi una costumbre, la televisora por cable privada y el diario del distrito. En cuanto a TVC5, envió un camarógrafo a La Lucila, cuando estaba culminando el cacerolazo. Lo llamativo es que ningún cronista lo acompañó. En tanto, por la tarde, un móvil del periódico Opinión que circulaba por Costanera fue detenido por los manifestantes, quienes le entregaron un volante con las pautas del reclamo al conductor, Mariano Bobryk, hijo del propietario del medio. Este, haciéndose el desentendido, ni siquiera mostró el mínimo interés periodístico para interiorizarse de lo que estaba sucediendo.