El tipo siempre la peleó deambulando por trabajos poco lucrativos como Titular de Hacienda en el Partido de la Costa, Ministro de Economía o Vicepresidente de la Nación. Un ejemplar casi único de modestia domiciliaria viviendo en una tapera de Puerto Madero o en un simple loft medanal rodeado de tamariscos en San Bernardo. Y eso que podría haber morado en un barrio de viviendas construido por su decisión, y por el que sólo se quedó con una moneda, que, parafraseando a Daniel Viglietti, con ser poco, con otras se vuelven, digamos, 20 palos verdes. Un espécimen que, por Amado, fue preso político acusado de ser un revolucionario luchador contra la ética, la honestidad, la decencia, y la anticorrupción. Un violero que manchó a Rolando, Pedro, Juan, Rosa y a todos los nombres simples; violero, sí, pero no violín como Cacho, a pesar de haberse también relajado y gozado. En fin, un tipo como tantos que no nació estrellado, sino cagado, y hoy no tiene ni para pañales de tela.
Una existencia escatológica
Una vida llena de mierda, de descartes, de abandonos. Un meado sin absorción suficiente. Un tipo Amado que sufrió un rito, el Boudou, y hoy padece las inclemencias de no tener tela que le permita impermeabilizar su fluido y dejar correr el vapor o comprarse medio kilo de sardo o provolone que le permita un estreñimiento para frenar la diarrea.
Princesas y méndigos, sin más preámbulos…
El forro de la semana es AMADO BOUDOU. El rey de los pañales donados. Justo él, que en su cenit le cambió los pañales geriátricos a los jubilados todos y todas que cagó en el ANSES, que comió por seis pesos, que apostó por una gran pelela del bicentenario, y que ahora no sabe cómo limpiarse el culo de tanta destilada mierda.
¡Felicitaciones, humilde forrazo!
Amado Boudou, el FORRO DE LA SEMANA. Te elevamos una plegaria: de tanto y tanto cagar a tu prójimo, no hay pañal que aguante. Moraleja: el que nace para pato criollo o político, da un paso y caga. Pero caga no con C sino con K; es decir, una imponente y reverenda mierda nacional y popular.