[dropcap]E[/dropcap]ste último feriado me encontré con varios vecinos propietarios de casas en la zona. La mayoría coincidía en que cada vez la Costa parece más y más abandonada; que está todo sucio. Que la playa está sucia. Que los dueños de cuatriciclos hacen lo que quieren. Que la basura está por toda la calle. Y los sujetos que marcaban respondabilidades más usados fueron: “nadie”, “el municipio”, “alguien” y “ustedes los residentes”.
“Acá está todo así porque nadie hace nada. El municipio debería empezar a hacer algo para mejorar porque se les van a ir los turistas. Alguien debería empezar a presentar notas, hacer reclamos, algo, está todo sucio. Y ustedes los residentes que viven acá, tienen que empezar a moverse, así no van a tener más trabajo en el verano”.
El otro siempre es el responsable
Esto fue un diálogo real. Lo gracioso es que la persona que lo dijo, no tiene tacho en su casa, va a hacer las compras en cuatriciclo a la esquina y cuando corta el pasto, lo deja en una montaña que queda ad eternum parada ahí porque no es capaz de llamar al municipio para que la recojan. Cuando se lo hago notar, el primer comentario es que si pone tacho, se lo llenan de basura; después, que todos andan en cuatriciclo y que el va despacio y no va a la playa con el vehículo, y finalmente, que para eso paga los impuestos, para que pasen recogiendo su pasto. El diálogo continuó más o menos así:
- Pero, Juan, yo también pago impuestos, tengo tacho, llamo al municipio cuando corto el pasto y no ando en cuatriciclo.
- Pero vos vivís acá. Yo soy turista acá. Yo no puedo andar controlando mi tacho todo el año, esperar que venga el municipio a juntar el pasto cuando se le antoje y no uso el cuatriciclo para llevar a los chicos a la escuela o para hacer trámites; lo uso para ir acá nomás.
- O sea, está bien hacer lo que querés pero le exigís al municipio que haga algo.
- Y sí, para eso para eso pago mis impuestos.
Así como Juan, conozco a muchos que se quejan del estado ambiental del Partido de la Costa. Así como él, muchos piensan que el hecho de tener una casa y pagar impuestos les da solo derechos y ninguna obligación. Son los que usan siempre el “alguien”, “nadie”, “el municipio” y “ustedes los residentes”. Son los que llenan Facebook con mensajes llenos de indignación y bronca. Mensajes justos, nadie lo niega. Pero al final son mensajes vacíos porque son los mismos que esperan que otros resuelvan los problemas de todos. Son los mismos que entienden que los problemas ambientales son de todos pero que alguien, el municipio o “ustedes que viven acá” son los que tienen que hacer algo. Porque en definitiva, pagar impuestos parece que exime a la gente de responsabilidades.
El medioambiente no es una cuestión del otro sino de todos. Residir en un lugar o no, no debe ser una excusa para evitar responsabilidades y obligaciones.
Este feriado trajo nuevamente con él un costumbrismo que parece típico de quien ve las problemáticas ambientales de la Costa como una cuestión ajena, como un algo que no le afecta realmente, como algo que solo arruina el paisaje de sol y playa que viene a buscar. Mi vecino es uno de los tantos que vienen y creen que esto no lo afecta porque no vive acá pero que sus impuestos son suficiente motivo para echarte en cara que no hacés nada vos, residente.
Por suerte también tengo vecinos, turistas asiduos y propietarios, que cuando vienen, se toman el tiempo de intentar mejorar el lugar que disfrutan cada vez que visitan el Partido de la Costa. Que llaman al municipio porque la luz de la calle no anda. Que reclaman por la recolección de basura inexistente. Que escriben notas y hacen denuncias cuando ven que están destruyendo los médanos. Que no se eximen de sus obligaciones porque no viven acá. Que entienden que no importa dónde residas, el planeta es uno y lo cuidamos y protegemos entre todos.