[dropcap]L[/dropcap]a recolección de residuos es una cuestión de suma importancia para cualquier ciudad. No solo implica levantar la basura y llevársela a algún lado donde el ciudadano común no la vea; implica también manejarla y descartarla de forma tal que podamos minimizar los efectos de lo que dejamos atrás. Esto quiere decir, buscar la manera de conseguir una gestión de residuos lo más sostenible posible. Las etapas que se trabajan cuando se analiza la gestión de residuos sólidos urbanos son las siguientes:
Primero, está la generación de basura. Esta es la etapa en la que se incluye lo que las casas producen, es decir, tu bolsita. Después viene la dispocisión inicial que puede ser general, donde no la clasificamos ni la separamos, o la selectiva, en la que vos, productor de la basura, la clasificás y la separás según su material. En nuestro municipio no existe la clasificación y separación de residuos, por lo tanto, una vez que producimos la basura, simplemente la embolsamos y la ponemos en el tacho para que se ponga en marcha la siguiente etapa: la de la recolección. Esta etapa incluye el acopio y carga de residuos en vehículos destinados a ese fin. Nuevamente la recolección pueder ser general o selectiva. En nuestro municipio, es general, sin separación para un posterior tratamiento. Luego viene la etapa de transferencia en el que se almacena transitoriamente o se acondicionan los residuos para posterior transporte, que significa llevar la basura a los diferentes sitios donde será tratada. Luego del tratamiento, viene la disposición final.
De todo esto, y a pesar de que cada etapa tiene su importancia, nos interesa principalmente las etapas que le competen a nuestro municipio que van desde la generación a la recolección.
¿Por qué es tan importante la generación de residuos a nivel domiciliario?
Porque si existiera una disposición inicial selectiva, en casa separaríamos la basura y no solo ayudaríamos al medioambiente a través de la reutilización de material que de otra forma sería descartado sino que además, le daríamos a la basura un valor económico que hoy no tiene. Lo que nos lleva a la cuestión de la disposición inicial y recolección.
¿Quién elige a la empresa de recolección? ¿Cómo se elige? ¿Cómo nos enteramos nosotros? ¿Cuál es la importancia de saber todo esto?
En nuestro municipio, Covelia es quien se encarga de la recolección. Esta recolección es general; es decir, no hay separación y la basura va toda al mismo lugar, transformándose en…basura. Nada más que basura. Si lo ideal sería tener un servicio de recolección selectivo, que trabaje en forma conjunta con cooperativas que se encargan del procesamiento de material separado para su posterior reciclaje como se hace en Pinamar, ¿por qué no lo hacemos aquí?
La respuesta es un poco complicada
Hace unos meses, Covelia renovó contrato con el municipio. Cuando ciudadanos comunes amparados bajo la ley de acceso a información pública quisieron saber las condiciones de la licitación, les fue negada diciendo que para saberlo, deberían abonar los 70000 pesos correspondientes al pago de los pliegos donde se detalla esa información. Los pliegos son básicamente los documentos que las empresas que desean participar de la licitación deben comprar para conocer qué se espera de ellas. Una vez que lo saben, presentan sus proyectos y son elegidas o no para realizar la función a la que se postulan. Es entendible que el municipio no quiera compartir esa información antes de la licitación. ¿Y después, cuando ya se eligió a Covelia sobre otras empresas como la mejor opción? ¿No sería interesante explicar por qué se continúa eligiendo a una empresa con un servicio que deja bastante que desear? ¿Una empresa que no ofrece ninguna solución sostenible para la gestión de los residuos sólidos urbanos? ¿O por qué desde el municipio no se trabaja con la empresa, ya que en su opinión es la mejor opción, para gestionar la basura de forma amigable con el medioambiente?
Estas son preguntas que todavía no tienen respuesta. Son preguntas importantísimas de responder. No solo porque el servicio tiene un costo económico para el municipio sino que tiene además un costo ambiental enorme para nosotros y las generaciones futuras. Y nos priva también de generar trabajo genuino en un área que no parece existir en este partido y es la ambiental a través de cooperativas que se dediquen al reciclado de residuos separados y clasificados desde su generación hasta su disposición inicial y recolección.
Nos cuesta dinero, nos cuesta el ambiente y nos cuesta la posibilidad de tener nuevos puestos de trabajo.