[dropcap]M[/dropcap]uchas veces usamos la palabra “sustentable” queriendo referirnos a algo que puede perdurar en el tiempo, algo que se sostiene por sí mismo. Algo ecológico.
Sin embargo, no es el mejor término. “Sustentable” se refiere a un desarrollo por el cual se preserva, conserva y protege solo los recursos naturales para el beneficio de las generaciones presentes y futuras pero no toma en cuenta las necesidades sociales, políticas ni culturales del ser humano.
Un ejemplo de nuestra realidad sería decidir que se van a conservar todos los médanos y a partir de ahora no se podrá realizar ninguna actividad en ellos: no se podrá caminar entre médanos, no se podrá descansar entre médanos, nada. Preservamos los médanos, los conservamos y protegemos. Punto. Ah, y también, vamos a proteger las playas. Se acabaron las actividades en la playa; al fin y al cabo tenemos que evitar la erosión costera a como dé lugar.
Y así, el Partido de la Costa muere porque no hay sustento económico que pueda acompañar el desarrollo social y cultural de los actuales habitantes y usuarios de la región.
Cuando hablamos de un desarrollo sostenible, hablamos de un desarrollo a través del cual se intenta satisfacer las necesidades económicas, sociales, de diversidad cultural y de un medio ambiente sano de la actual generación, sin poner en riesgo la satisfacción de las mismas a las generaciones futuras. Se toma en cuenta el todo.
¿Y por qué es importante esta diferencia?
Porque tenemos que entender que hoy, en el Partido de la Costa, convivimos seres humanos y medioambiente. Nosotros somos parte de ese medioambiente. El término “antropobioma” vino a superar la idea de ambientes naturales prístinos. Aunque a aquellos que amamos la naturaleza y el medioambiente nos cueste entender esto, tenemos que empezar a ver la cuestión ambiental desde una perspectiva más amplia.

El concepto de antropobioma parte del hecho de que nosotros, seres humanos, estamos acá y no nos vamos a ningún lugar. Entonces, hablar de “biomas” como si solo existieran animales y plantas no es suficiente para dar cuenta de nuestra realidad. El ser humano existe e interfiere en su ambiente; él es parte del mismo. Y si no lo es, se mete en él.
Lo importante de este término es que nos está diciendo que para poder seguir existiendo – o así me gusta comprenderlo a mí- es que justamente, debemos entendernos como una parte que compone al ambiente y no como LA ÚNICA PARTE que lo conforma. Entendiéndonos dentro del ambiente, entendemos también que debemos cuidarlo.
Por eso mismo, hablar de un Partido de la Costa sostenible es lo más adecuado. Como seres humanos, no solo nos desarrollamos como parte de un sistema natural sino que además, somos creadores de culturas, de sociedades y sistemas económicos que nos sostienen. Sin entender estos aspectos de nuestra conformación como parte integrante de un ambiente, no podemos ir muy lejos.