[dropcap]E[/dropcap]n esta columna ya hemos hablado anteriormente sobre la necesidad de una gestión ambiental que contemple desde el cuidado de la biodiversidad hasta la organización espacial de nuestro partido. Esta organización debe responder a una urbanización planeada que incorpore e intente resolver los problemas y conflictos que surgen desde los distintos sectores envueltos para así llegar a una solución que proteja nuestro espacio costero.
Algunas de las problemáticas y soluciones son bastante conocidas por todos nosotros
La nivelación de terrenos para construir o para instalar servicios (como balnearios) para desarrollar actividades turísticas es una. Esto tiene como consecuencia, sobre todo cuando se realiza en playa o costanera, la desaparición de humedales, este ecosistema típico de nuestra región y que permite que la humedad y la lluvia hagan de nuestro espacio un lugar agradable en relación a la temperatura ambiente y permite que existan reservas de agua dulce. Las soluciones que son bastante obvias, parece no serlo para quienes deben regular las urbanizaciones.
Según investigadores del CONICET, en zonas donde el impacto y el deterioro ambiental son importantes, estas prácticas deben ser prohibidas y deben tomarse medidas de restauración. Sin embargo, esto no solo no sucede como se continúan otorgando concesiones para construcciones en zonas que ponen en riesgo todo nuestro entorno natural.
Además de esto, no se aplican multas para quienes sin siquiera tener autorización, disponen del espacio público como bien quieren. Recordemos lo ocurrido a finales del 2018 con la concesión para construir sobre los médanos otorgada a un sindicato de guardavidas en Mar de Ajó, o la remoción completa de un médano por parte de un reconocido hotel también de esta ciudad balnearia para mejorar la vista al mar de sus huéspedes.
El vertido de aguas residuales en las playas
Las consecuencias también obvias, son las de contaminación microbiológica, destrucción de biodiversidad, disminución del suministro hídrico (recordemos que los médanos ayudan a acopiar agua dulce; conforme van siendo quitados o erosionados, reciben además de agua dulce, agua contaminada), salinización de acuíferos por entrada de agua de mar (es decir, pérdida de agua dulce por mezclarse con agua de mar) y aumento del riesgo sanitario, o sea, mayor posibilidad de que surjan enfermedades como consecuencia de este vertido. Las soluciones van desde la prohibición de verter hasta el control de vertederos ilegales y limpieza de los mismos. También, se propone la explotación sostenible de las aguas subterráneas. Pero para que todo esto suceda, debe haber interés real en comenzar a solucionar las problemáticas actuales de la falta de red cloacal y agua potable. ¿Cómo? Regulando las nuevas construcciones hasta tanto no se resuelvan las situaciones mencionadas actuales por ejemplo. ¿Por qué se permite la construcción de un complejo de departamento en plena costanera de Mar del Tuyú, por ejemplo, cuando aún no contamos con servicios básicos para gran parte de esta localidad?
Los basurales, otra problemática con consecuencias bien conocidas
En nuestro partido, como ya comentamos en otra columna, no se cuenta con una gestión de residuos sólidos que apunte a la sostenibilidad. No solo realizan una recolección y disposición final que va en total detrimento del medioambiente como además ésta se realiza de forma deficiente. ¿Una solución? Empezar a imitar a otros partidos como Pinamar que trabajan lado a lado con cooperativas de reciclaje. Aquí, en nuestra localidad, recientemente un grupo de ciudadanos abrió la primera planta de reciclaje que apunta a lograr un partido de la Costa “Basura Cero”. La iniciativa que partió de la gente de “Yo amo mi playa- La Costa”, se logró a pulmón. Imagínense qué pasaría si contáramos con un Municipio que apoyara estas iniciativas o que, mejor aún, partieran de nuestros propios gobernantes.
El tema de la urbanización es complejo e histórico. La construcción de espacio costero se hizo en base a la ganancia que podría generar su utilización.