En el último año y medio más o menos hemos visto cómo los gaviones han sido utilizados como cabalito de batalla de la gestión actual. Se publicita la colocación de los mismos en playas como Las Toninas o Mar del Tuyú con la motivación de detener la erosión costera que afecta a nuestras playas y que es particularmente grave en esas localidades.
Pero, ¿qué son los gaviones?
Son estructuras que se llenan de piedras que quedan enjauladas y que se van sosteniendo con mallas metálicas. Esto hace que el relleno -las piedras, en nuestro caso- no se muevan de un lado para otro y que se vayan apretando unas contras otras. No requieren de gran pericia para su armado y es una acción fácil de realizar en relación a otro tipo de medidas similares.
¿Cómo funcionan?
Una vez levantados, los gaviones se utilizan contra el desgaste de una superficie producida por una fricción o roce del agua, agua de mar, de arroyo, de río, etc.
Hasta aquí, todo parece perfecto. Una opción relativamente de bajo costo, que usa mano de obra local y que viene a solucionar un problema de larga data.

Pero mis dudas comenzaron en el momento que vi los gaviones en construcción por la calle 70 y 71; muros en los que se apilaban piedras, una arriba de la otra y que tenían la cara de desarmarse con la primera sudestada. Estéticamente eran horribles; si la idea del embellecimiento costero venía de la mano de esas paredes pequeñas, necesitábamos urgente algún profesional que le pusiera color y vida porque lo único que hacía era dejar más fea la playa. Sin embargo, lo que más me preocupaba era la cuestión de la erosión: eran paredes sobre las cuáles chocarían las olas y arrastrarían la arena. ¿Cómo ayuda eso a evitar la erosión costera? ¿No era mejor reforestar o emplear algún plan de recuperación de playas y mitigación de la erosión costera más amigable con el medioambiente? Yo no soy ingeniera, ni civil ni hidráulica así que lo mío no tenía más base que mis suposiciones.
Y entonces, el investigador (y geólogo) Jorge Codignotto, a quien ya mencionamos hasta el cansancio en estas columnas, definió a los gaviones de nuestro intendente como “La solución final de las playas”. Codignotto, junto a investigadores como Federico Isla y Carlos Lasta entre otros, han estudiado y dado diferentes soluciones para el desgaste de nuestras costas por años. Y nadie los ha escuchado.

Entre algunos de los motivos por los que los gaviones NO SON LA SOLUCIÓN, podemos enumerar:
- Son erosivos porque su función es la de detener el mar. Para esto, es necesario que el agua llegue hasta ellos por lo que lo único que hace es contener esa agua dentro de los límites de su construcción, manteniendo la playa húmeda y arrastrando arena que no regresa. De esta forma, las playas disminuyen de tamaño.
- Estéticamente, son horribles, punto. Y así, disminuyen el atractivo turístico más importante de nuestro partido: las playas.
- No nos protegen de nada: para cuando no tengamos playa, no habrá pared que nos proteja de la furia del mar durante una sudestada y sin médanos o forestación que sirve como protección natural, nada de lo que hagamos nos va a salvar de la tragedia ambiental que se viene en unos años.
- Económicamente nos cuestan dinero a quienes pagamos impuestos; no solo porque cualquier obra cuesta dinero (y si fuera una buena obra no sería problema, para eso están los impuestos). El problema es que ya sabemos que no sirven: es dinero tirado a la basura. Mucho dinero.
Existen muchas soluciones posibles. Pero son más caras y llevan tiempo. Cuando lo único que le importa a los políticos es “que las cosas se vean”, se hacen este tipo de trabajos. Para que se vean. No porque sirvan. En tres columnas seguidas hablamos de formas de recuperar la playa y mitigar la erosión costera. Son medidas que van desde prohibir el tránsito vehicular por la playa y controlarlo hasta reforestar o promover la creación de áreas protegidas. Eso lleva tiempo. Y las elecciones son ahora. Después de años de desidia estatal, no se puede pretender hacer alguna acción en dos años que los votantes vean y digan: ah, a estos los voto. Por eso, aparecen los gaviones.
En febrero de este año Las Toninas vio su Costanera tomada por el mar. Con cada sudestada, quienes vivimos en las playas más afectadas tememos por nuestra seguridad y por nuestros hogares.