El Partido de la Costa es un municipio que tiene una importantísima materia pendiente: el ambiente. Si fuera un estudiante, ya habría intentado dar todos los finales disponibles, pedido una prórroga luego de nunca aprobarla y finalmente, ya habría recursado esta materia innúmeras veces. Y seguiría cursándola o mejor dicho, simplemente yendo a clases porque no se ha avanzado prácticamente en nada concreto en los 40 años de vida del municipio. Se han intentado tímidas ordenanzas que nadie ve si se cumplen y campañas que nadie sabe que existen.
El ambiente no es algo estático: es una construcción. No porque nos llamemos “Partido de la Costa” tendremos playas para siempre. La realidad nos muestra que no es así. Playas como las de Las Toninas o Mar del Tuyú dejan muy claro que lo que construimos es una relación muy mala con nuestro entorno natural.

¿Y cómo se modifican años de machaques a nuestras playas?
No hay respuesta fácil. Tampoco hay una única respuesta. Dependemos en gran parte que el Municipio actúe de forma constante, concientes y consistente sobre temas prioritarios como la erosión de las playas, el control y desarrollo urbano, el agua potable y la protección de áreas de importancia internacional como Punta Rasa entre otras cosas.
“Hay temas más importantes. La seguridad, el trabajo, comer todos los días” dirá alguien.
Claro que sí, son importantísimos. Sin embargo, como ya hemos dicho en varias columnas, el ambiente no es solo cuidar de pajaritos y levantar la basura de la playa. El ambiente es acción social. Entender al ambiente como parte de nuestra dinámica como comunidad costera es esencial. Esa separación que se ha normalizado tanto entre la playa y nosotros como si no dependiéramos de ella para subsistir es la falacia que ha permitido que el Partido de la Costa hoy sea de los municipios costeros creados en su misma época, el más atrasado en cuestiones ambientales. La población de Pinamar ya lo entendió. La de Villa Gesell también. ¿Por qué a tantos de nosotros nos cuesta entender que no es el ambiente o el resto de los temas importantes sino que es el ambiente Y el resto de los temas importantes?

Es difícil cambiar paradigmas. Es difícil cambiar las cabezas de las personas que ven a nuestras costas como bienes a explotar y nada más. Como una relación unilateral en la que ellas nos dan y nos dan y nosotros simplemente tomamos sin devolver nada. Ya no tenemos el lujo de hacernos los tontos.
Ayer escuchaba en un reportaje a Celine Cousteau, la nieta del famoso oceanógrafo Jaques Cousteau, que en el final del mismo lanza una pregunta al verse cuestionada sobre este tema y creo que sintetiza todo: ¿puedes mirar a los niños a los ojos y decirles: “no me importa tu futuro”?
Si la respuesta es honesta, ésta será no. No podemos mirarlos y decirles que le vamos a dejar un planeta en llamas. Entonces basta de pensar que el ambiente es el último orejón del tarro. Que no importa. Que “alguien va a hacer algo”.