En febrero llega el carnaval y la alegría parece inundar todas las calles del Partido de la Costa. Murgas, papelitos de colores y todo el mundo cantando y bailando. Gente con niños disfrutando de la música y la diversión mientras se llenan de espuma unos a los otros. Gente compartiendo un momento con amigos mientras toman algo, una lata de gaseosa, una lata de cerveza. Gente dividiendo un cigarrillo al mismo tiempo que lleva el ritmo de alguna murga. Todos compartiendo un momento.
¿Y después?, ¿qué pasa después?
Basura. Eso pasa. Restos de la diversión distribuidos alrededor de toda nuestra costa. Restos que van directo al mar. Hace unos días Costa Azul recibió al carnaval que le dejó como regalo montonazos de aerosoles vacíos que el viento llevaba hacia el mar.
¿Vale divertirse a costa de nuestro ambiente?
La respuesta es simple: no. Pero además, no deberíamos tener que poner un evento cultural como es el carnaval en oposición al cuidado de nuestro entorno natural. Podemos tener ambos. Primeramente, debería haber una planificación cuando sabemos que estos eventos van a ocurrir: tachos distribuidos en puntos de mayor concentración de gente, personal para realizar la limpieza correspondiente antes de que todo se vaya al mar y contar con una campaña previa de concientización sobre dónde depositar tu basura durante el evento por ejemplo. “Habrá tachos en tal y tal calle”. “Contamos con lugares para descartar materiales reciclables como los aerosoles”, etc.
También, y no un tema menor, está la responsabilidad de cada uno sobre cómo nos compartamos en tales eventos. No es excusa que “no había tachos”. No es excusa decir “si el municipio no lo hace, ¿por qué lo voy a hacer yo?”. Siempre me planteo lo siguiente: si fuera mi casa y no hubiera bolsa de basura, ¿revoleo lo que tengo en cualquier lugar y me voy a otra habitación? ¿Tiro la colilla del cigarrillo en el piso? ¿Me hago la tonta y pateo el aerosol debajo de la cama?. No, no lo hago. Y probablemente vos tampoco. ¿Entonces por qué en la calle sí? Hubo gente que fue hasta su casa a buscar bolsas de basura para juntar lo que otros dejaron en la calle y de esa forma evitar que se fueran al mar. Frente a la falta de organización municipal delante de esto, hubo personas que eligieron no quedarse mirando. ¿Por qué lo harías vos entonces?
Los carnavales, como cualquier evento cultural de importancia, tienen que ser planificados. Hay cosas que se van a escapar de las manos, es verdad, pero cuanto más minimicemos los impactos de nuestras celebraciones sobre el ambiente, mejor.
Queda un año por delante con muchos otros eventos y muchos fines de semana largos que traerán personas queriendo celebrar algo.