En los últimos meses y en parte a raíz de las quemas intencionales que el país está viviendo, se ha hablado mucho de la Ley de Humedales y su importancia para garantizar que nuestros hijos tengan (algún) un futuro ambiental. Inclusive desde esta columna comentamos sobre esta ley y por qué la necesitamos tanto explicando que, entre otras cosas, los humedales nos ofrecen servicios ecosistémicos indispensables para que continuemos viviendo, desde agua hasta brindar hogar a una gran biodiversidad, tan necesario hoy en día para adaptarnos a las inevitables consecuencias del cambio climático.
En la misma columna comentamos que en el Partido de la Costa tenemos Punta Rasa, un sitio RAMSAR, es decir, un humedal de importancia internacional.
¿Qué significa esto?
Hagamos un poquito de historia. En 1971, en la ciudad iraní de Ramsar, se firmó un tratado entre diferentes gobiernos con el objetivo de promover
“La conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”.
Texto de la convención RAMSAR.
Al decir uso racional, se referían a proteger y mantener el humedal mediante prácticas que apuntaran al desarrollo sostenible. Los países que firman esta convención, entre ellos Argentina, designan una zona húmeda de su territorio para sumarla a la Lista de Zonas Húmedas de Importancia Internacional y se comprometen entre otras cosas, al uso sostenible de esas tierras, a desarrollar políticas y legislaciones que protejan la zona y a organizar el territorio de manera que el humedal sufra el menor impacto posible conservando sus características. Hasta 2018, Argentina había incluido en su lista 23 sitios Ramsar, incluyendo la Bahía de Samborombóm donde se encuentra la reserva natural de Punta Rasa.
¿Qué sucede en la realidad?
Punta Rasa es un sector bastante olvidado del Partido de la Costa. Además de un sitio RAMSAR, parte de ella es una Reserva Natural que depende del Municipio de la Costa. Su situación es bastante alarmante si nos ponemos a pensar en la biodiversidad que encontramos en ella y la importancia de la misma no solo para la fauna y flora del lugar sino para los habitantes del partido y, como dice su calificación como sitio RAMSAR, para el mundo. La constante entrada de vehículos, la basura, los deportes acuáticos sin control, la destrucción del ambiente por falta de cuidado de quienes visitan la zona y la falta de control por parte de las autoridades durante años ha hecho con que hoy tengamos un humedal de importancia internacional completamente abandonado. Inclusive hoy con 200 hectáreas nuevas incendiadas que por suerte, fueron prontamente apagadas por los bomberos costeros.
Parece repetitivo pero es necesario continuar insistiendo que lo que le pase al ambiente, te pasa a vos. Que no lo veas ahora (aunque no sé honestamente cómo no lo verías a esta altura) no significa que no esté pasando. Punta Rasa es un ejemplo de falta de políticas ambientales en un municipio que desesperadamente necesita que las haya.
Porque si salvamos Punta Rasa, nos salvamos todos. Exijamos más políticas ambientales acorde a los nuevos tiempos. Porque el tiempo se acabó.
Fuente de la imagen principal: Mariano Martín López