Con el país en llamas muchas personas sienten la necesidad de hacer algo, de tratar de salvar un poquito aunque sea de lo que teníamos para las futuras generaciones. Quieren que el verde vuelva y que las zonas afectadas vuelvan a tener la vida que tenían antes. En el Partido de la Costa tuvimos 200 hectáreas afectadas por el fuego hace un par de semanas, 200 hectáreas perdidas que no sabemos todavía cómo volverán a recuperarse y cómo ha afectado a la flora y fauna que allí encontramos.
En medio de todo esto, surgieron grupos y personas proponiendo llenar de bombas de semillas las regiones tomadas por el fuego y de esa manera, hacer que la naturaleza haga su trabajo y veamos verde prontito.
Vamos por partes, ¿qué son las bombas de semilla?
En la década del 70, el agricultor japonés Masanobu Fukuoka repensó la forma en cómo trabajaba su tierra y creó un método que hoy se conoce como “agricultura natural” en el que se intenta reproducir las condiciones naturales de la tierra lo más fielmente posible. Es decir, no interferir con los cultivos o al menos, disminuir cuanto sea posible la intervención humana en el proceso. Para poder evitar que las aves se comieran las semillas, Fukuoka envolvió semillas en una bola de arcilla y de esa forma, las plantas crecían en donde la bomba las dispersara. Así, se puede sembrar libremente en cualquier lugar semillas que elijamos. Tiramos una bomba de semillas en un campito, en un terreno baldío y dejamos que la naturaleza haga el resto y nos llene de verde. Hasta aquí todo parece bueno y no habría por qué pensar en que no es una opción para las áreas afectadas por el fuego.
Pero aquí viene la otra cara de la moneda que bien explica la bióloga Luciana Peironi Cappri con el ejemplo de Córdoba:
“[…] muchas de las especies de arboles y arbustos de los bosques de Córdoba NECESITAN ser comidas por las aves porque los jugos gástricos las activan. Además, experiencias observaron la competencia que sufren las especies leñosas al germinar todas juntas desde la bolita”.
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Al mismo tiempo, aclara que no existen evaluaciones serias sobre la efectividad de las bombas de semilla en nuestro país y que los profesionales en reforestación no las recomiendan.
Personalmente siempre me parecieron atractivas las bombas de semilla y siempre quise hacer una. Pero también pensaba en que no conocía mucho sobre plantas nativas y qué tipo de semillas sería bueno colocar en la bomba para que tuviera el impacto deseado. Después de leer lo que tenía que decir una profesional del área, creo que todos ahora debemos repensar un poco las formas en las que a veces queremos ayudar y terminan siendo contraproducentes.
Es por eso que siempre hay que informarse con quienes trabajan en el área. Existen muchísimos blogs y sitios de Internet sobre ecología y ambiente que tienen informaciones de todo tipo.