Un artista callejero de San Bernardo denunció que el propietario de una conocida cadena de ferreterías de la ciudad, muy vinculado al poder político local, lo amenazó con hacerlo retirar por la fuerza de la peatonal, si es que no abandonaba inmediatamente su tarea en el lugar.
Leandro, músico que desde varios años presenta su espectáculo veraniego “a la gorra”, dijo que Oscar Lakonich le recriminó por su trabajo –al punto de la agresión física– catalogando lo de “ruidos molestos”. En tanto, Leandro admitió que Lakonich no es el único que amedrenta a los artistas y artesanos itinerantes, ya que otros de sus colegas también fueron víctimas de actitudes soberbias similares. Por último, finalmente el poder logró su cometido, ya que el acordeonista fue trasladado, por orden de las autoridades de Cultura comunal hasta que culmine el mes, a Chiozza y Querini (anteriormente se ubicaba en Andrade), donde podrá proseguir con su labor.
Doble moral
Vale recordar que Lakonich, hace tan sólo unos meses y en plena prohibición por la pandemia, junto a otros componentes del poder económico vernáculo –como el responsable de la pinturería Canela– fue sorprendido participando en una fiesta clandestina multitudinaria.