Los fuertes vientos suscitados en la víspera en todo el distrito volvieron a denotar las carencias en obras públicas y a visibilizar la depredación continua en el frente playero. La crecida del mar destruyó gran parte de la franja medanosa en distintas localidades, a la vez que las olas ganaron espacios arrebatados por la extracción indiscriminada de arena llegando hasta la avenida Costanera.
En tanto, en los barrios periféricos, como es habitual ante estas inclemencias climáticas, se registraron algunas voladuras de precarios techos y caídas de grandes ramas de árboles.