Sin fútbol, ni temple, ni ideas, Chacarita cayó inapelablemente por 2 a 0, en su visita a Patronato. Como ocurre con el desandar dirigencial, el equipo pareciera que resurge, para luego volver a ser el identikit institucional de los últimos 50 años. Sólo la voluntad de Chaves y Meléndez se puede destacar, en un marco general de actuaciones decepcionantes.
Por Gustavo Calle
Si no hubiera sabido de la conformación del once titular y me hubiesen dicho que Chacarita, en su caída ante Patronato, por 2 a 0, alineó a Di Pierro; Cubelli, la dupla central integrada por personajes de las dos barras y Caravaca; Celio, Tore López y Fernández; Bisignano, Romero y Azzolini no me habría sorprendido en absoluto. Eso fue Chacarita, en su visita a Paraná: la imagen inapelable del derrotero institucional. Cuando parecía que el partido estaba a su merced -como en los primeros minutos-, llegaba el homenaje a un barrabrava y todo se desmoronaba. Lo mismo cuando la salida del fondo la encabezaba el primer marcador central: arrancaba como Perfumo o Beckenbauer y la terminaba como Onetto. Ni qué decir de Brunet: ¿por qué Federico Laurelli no mantuvo la titularidad y ni siquiera estuvo entre los concentrados? ¿Por bajo rendimiento? No creo; al menos si la comparación la hacemos con quien en la tarde entrerriana fue su reemplazante. ¿Porque le hizo gestos el domingo anterior a algunos plateístas? Tampoco sabemos. Nada sabemos, en verdad, porque los responsables de la directiva nada nos informan. Ni de la simple ausencia de un jugador, pasando por otros aspectos de la realidad institucional hasta llegar a la sede social en CABA. ¿Qué pasa con el área de Federico Lacroze? No sabemos absolutamente nada, a pesar de los infinitos amagues de fogueo de convocar a una conferencia de prensa para aclarar el tema. Así jugó Chacarita en Paraná. Como lo que sucede en el club: no sabemos a qué jugo.
Contra un equipo local limitado, pero con mucho tezón, los de Biggeri no supieron contrarrestar es nimia característica. Y peor aún: otra vez las imperfecciones defensivas que culminaron en ambos goles de los entrerrianos. Bajo nivel en Brandán y pésimo en Passaglia; con escaso ruedo en las canchas, Perdomo; un desconocido y lento Salinas; apariciones esporádicas de Pisano; Onetto y Brunet, los abanderados de los errores, y la confusión general. Sólo algo de Chaves y Meléndez, más por voluntad que por fútbol atinado. Un equipo sin actitud, vencido, desmembrado, sin fútbol. Con modificaciones efectuadas por el cuerpo técnico en la segunda parte que aportaron a lo antedicho, más que a mejorarlo.
Lejos compartimos los comentarios de muchos que mostraron su enojo por esta realidad, de pretender pedir la renuncia del entrenador. Sí puede que algunos jugadores merezcan descanso. Ante esto último la pregunta deviene inmediata y taxativa: ¿Hay recambio? Quienes están afuera, ¿son la solución? ¿Cuál es la realidad de las divisiones formativas?
Indefectiblemente en este ahora Chacarita debe reacomodarse con lo visto. Porque el plantel es como el club: más esperanzas que concreciones y menos certezas que dudas.
CLAVES DEL PARTIDO
*Exigir, pero bien direccionados. De ninguna manera habría que centrar el enojo por este mal presente en el cuerpo técnico y en los jugadores. En todo caso, ellos son el reflejo de lo que acontece en Chacarita como institución. Se pasa con facilidad de un par de victorias contundentes y el progreso de la construcción de la platea a inmediatas derrotas que duelen más por la falta de juego y actitud que por el resultado y falta de información sobre el sector ¿recuperado? de la sede social o la pésima gestión de la subcomisión de Socios o por homenajear a un fallecido barrabrava. Por estos motivos, entre tantos otros, las exigencias deben estar destinadas a la dirigencia de la entidad, en primera instancia.
*Chavez y Meléndez. Los dos surgidos de las inferiores funebreras son los únicos a los que se pueden destacar en la derrota, en un marco colectivo mediocre y anodino. Sin jugar un gran partido, ni mucho menos, mostraron voluntad y un denodado esfuerzo. Como contrapartida, las falencias de la zaga central, el mal momento de Brandán, el nulo aporte de Passaglia, la floja tarea de Tobías Fernández y la irreconocible actuación de Salinas.
*Dupla de volantes centrales. No sería descabellado suponer que debido a este presente complicado de Chacarita, que con la vuelta de Watson, después de cumplida la sanción por haber acumulado cinco tarjetas amarillas, el exInstituto conforme un “doble 5” con Luciano Perdomo. Esta posibilidad, quizá, les daría mayor libertad en juego a quienes los acompañen (Pisano, Meléndez, Coquito Rodríguez, Pombo o Brandán, por caso).
hola gente linda hoy me toco ami soy daniel gonzalez de mar del tuyu tengo 57 años y un andar lento por eso se ne esta haciendo difíci conseguir trabajo tengo familia y estoy como todos los argentinos mall muy mal di alguien puede ayudarme mme quede sin gas y me faltan 3500 para la garrafa dejo mi alias y no me importa lo que opinen mal ppido perdon mi alias es
alias dany.deltuyu