La comunidad originaria tucumana Chuschagasta, perteneciente a la nación Diaguita, es víctima de una persecución constante y actualmente sobrelleva un nuevo intento de desalojo de sus tierras por parte de terratenientes que cuentan con el aval del poder político provincial y la justicia.
En tal sentido, Mariel Tejeira, vocera del pueblo, entrevistada en FM 103.9 admitió que aún esperan una sentencia judicial definitiva sobre el asesinato a manos de latifundistas y sus sicarios –éstos últimos ex policías- de su líder, Javier Chocobar, ocurrido en 2009 en propias tierras de la comunidad. Los saqueadores intentan ancestralmente adueñarse del lugar, porque allí pretenden explotar el negocio de la piedra laja.
El pueblo Chuschagasta
La comunidad Chuschagasta está conformada, según un relevamiento efectuado en 2011, por aproximadamente 100 familias y sus tierras se ubican a 50 kilómetros al norte de la capital tucumana. Su sustento económico se basa en el autoabastecimiento, sobre todo en la producción ganadera y la del maíz. También poseen ovejas y cabras y se especializan en artesanías en cuero y cerámica.
Tejeira, en tanto, criticó al sistema educativo formal, ya que los jóvenes de la comunidad deben asistir a colegios convencionales de la zona, en donde no se respeta el derecho a su cultura. Además, permanecen, debido a las grandes distancias, de lunes a viernes en las escuelas, regresando a sus hogares durante los fines de semana. Por último, señaló que la etimología de Chuschagasta refiere a “pelo y pueblo”, pero no existe una definición exacta sobre el significado de la palabra.
