En el marco de ingentes reclamos por salarios comunales de indigencia y onerosas sumas que se exigen por impuestos municipales, el gobierno del Partido de La Costa exime del pago de tasas al carcelero oceanario de San Clemente.
Al mismo tiempo, y a pesar de la prohibición en vigencia de espectáculos utilizando animales, la gestión de Juan de Jesús avala, promociona y permite la prosecución de los mismos en el lugar, como así también en las salvajes jineteadas.
Desaparecidos en (in)acción.
Ante esto, las pseudos agrupaciones locales en defensa del animal se llaman a connivente silencio.


























