En las últimas semanas vimos con horror las imágenes de Rosario llena de humo. Unas columnas atrás hablábamos de las quemas y el por qué es importante concientizar a la gente de las mismas. Hoy volvemos a hablar del tema pero enfocado en lo que se quema: el humedal.
¿Qué es un humedal?
Los humedales son tierras que se inundan de forma permanente o temporaria y cuya fauna y flora se va adaptando a esta particularidad. Es un lugar donde se forman ecosistemas híbridos, donde encontramos flora y fauna acuática y flora y fauna terrestre. Por ejemplo, en Punta Rasa, tenemos plantas que se han acostumbrado a ser “ahogadas” por usar una palabra en agua salada y continuar viviendo luego de que esa invasión marina haya terminado.
Pero además de conformar ecosistemas muy particulares y de suma importancia para la biodiversidad, nos ofrecen bienes y servicios ecosistémicos muy valiosos, que traducido en palabras simples, son los recursos que usamos (materias primas) y los servicios que nos ofrece (como disfrutar de la playa). Los humedales ofrecen entre otras cosas:
- Agua dulce para consumo humano por ser grandes filtros depuradores y reservorio de agua dulce.
- Recursos para actividades productivas (el turismo del que vivimos es una de esas actividades productivas).
- Adaptación y mitigación del cambio climático gracias que almacenan más carbono que cualquier otro ecosistema.
- Amortiguación de inundaciones y seguías.
- Protegen las costas.
Argentina cuenta con más de 600000 km2 de humedales, es decir, el 21,5% de la superficie del país está cubierta por humedales. La importancia de ellos es inmensa así como la falta de protección por parte del Estado. Desde enero de este año las quemas en Entre Ríos, humo que se ve en Rosario, han sido inmensas y criminales, mostrando una vez más la necesidad de una ley que proteja a los humedales. Existe un proyecto que viene siendo presentado desde 2013, en el que se propone presupuestos mínimos para humedales, algo así como lo mínimo que se espera que se haga en torno a la protección de los mismos. De más está decir que solo quedó en el proyecto ya que en 2015 y en 2018 no se obtiene la media sanción necesaria para convertirlo en ley. Pero en 2019 hay un avance: un fallo histórico que le dio la razón a unos vecinos de Entre Ríos cuando presentaron una denuncia contra la constructora “Altos de Unzué SA” que pretendía realizar un emprendimiento inmobiliario sobre un humedal, causando daños irreparables en él. Algo como lo que está pasando con el nuevo emprendimiento de Racing, que tuvo el visto bueno de la justicia de una forma bastante irresponsable.

Aquí está el problema: la ley de humedales se necesita urgentemente porque nuestra justicia ambiental depende mucho de jueces de turno. Si te toca un juez simpático a la causa ambiental, bien. Caso contrario, no interesa cuánto artículo 41 de la Constitución Nacional menciones (sí, ese del ambiente sano que debemos cuidar y proteger para nosotros y las generaciones futuras), siempre encontrarán la vuelta de no salir a favor de la causa ambiental.
La Ley de Humedales propone un uso respetuoso de los mismo con controles de las autoridades pertinente para evitar su degradación, presupuesto para cuidarlos, fomenta la participación ciudadana con respecto al uso y protección de ellos y propone un inventario, es decir, un mapeo y monitoramiento de sus ecosistemas.
Nada que no parezca obvio pero cuando gran cantidad de intereses están metidos por detrás del 21,5% de la superficie argentina, claramente el ambiente y la población están en desventaja. Sino que alguien me explique cómo seguimos viendo esos incendios terribles a orillas del Río Paraná y prácticamente no hay responsables.