Desde hace meses Argentina (y otras partes del mundo) está en llamas. Incendios arrasan con hectáreas y hectáreas de tierra y las noticias que recibimos son dramáticas. Pero esto no es nuevo; las quemas de tierra por parte de los dueños de los campos suceden todos años. Queman sus campos y también se queman tierras que no les pertenecen. Solo que ahora no se quedó allá lejos, perdido en un Chaco que no le importa a nadie. No afectó a alguna comunidad originaria de la que nadie habla ni a pequeños productores que perdieron todo pero no nos interesa. Hoy el fuego llegó a Carlos Paz. Hoy el fuego llegó a Rosario. Hoy el humo llega a Buenos Aires. Lo sentimos todos y en todos lados. Hoy nos toca a todos.
Lo que está sucediendo es catastrófico. No es tierra encendida, es vida arrasada por el fuego. Es fauna y flora que perdemos y que no sabemos cuándo ni cómo se recuperarán. Es tierra que quedará inerte por mucho tiempo. Es muerte, sin eufemismos.
Y es especulación. Es ganancia. Es la peor parte del ser humano mostrada en la forma más cruda que en la que puede exponerse: el egoísmo.
Columnas atrás hablábamos de la necesidad de una Ley de Humedales. Hoy se le suma la necesidad urgente de una Ley de Fuego.
La legisladora de Córdoba por el FIT Soledad Díaz García presentó un proyecto de ley para su provincia en el que se pedía evitar el uso de cambio de suelo por 20 años. Días después, el bloque kirchnerista presentó otro a nivel nacional. Este proyecto de ley propone prohibir la venta de las tierras arrasadas por el fuego por 60 años. La idea es desincentivar a los especuladores inmobiliarios de continuar con estas prácticas para construir sobre tierras quemadas. ¿Quién no recuerda los incendios intencionales en el sur años atrás? Con este proyecto también se espera aumentar la partida de dinero para la prevención y control de incendios. Una ley que como vemos, es absolutamente necesaria.
Este fin de semana al Partido de la Costa le tocó también vivir un poco de este desastre que vive el país entero. 200 hectáreas de Punta Rasa ardieron durante la noche y el fuego terminó siendo controlado por los bomberos. Pero lo que se perdió, se perdió. No sabemos si fue intencional o sucedió por la falta de control y falta de cuidado de una zona de importancia internacional porque recordemos, Punta Rasa es un sitio RAMSAR lo que significa que es un humedal de gran valor para el planeta entero. Este incendio muestra una vez más que lo importante nunca es prioridad.

Más allá de todas las críticas que se le puede hacer al gobierno presente y a los pasados, es necesario entender lo que está sucediendo en este momento. Que no es un desastre natural. Que la naturaleza no tiene la culpa. Al mismo tiempo es nuestra obligación conocer y apoyar proyectos de ley que prioricen al ambiente sin importar las diferencias partidarias.
Porque si nos quemamos, nos quemamos todos.
*Las imágenes fueron compartidas en un grupo ambientalista.