El asesino de Rubio, el perro callejero, Adrián Rodríguez, está involucrado directamente con personajes del poder político y económico del Partido de la Costa, ya que posee no sólo un acercamiento directo con varios funcionarios del Estado y sectores partidarios, sino también con las máximas autoridades de la burocracia sindical del oficialista gremio de los guardavidas.
Ese amigo del poder
Rodríguez, además de ser el propietario de un local de pesca en Mar del Tuyú –que en las últimas horas fue clausurado de manera sospechosa, ante los escraches realizados en el lugar– manipulaba el negocio de los pseudoentretenimientos playeros en un balneario de la ciudad cabecera administrativa del distrito.

Con respecto a su conducta habitual, el asesino de Rubio –nombre de la mascota a la que asesinó perversamente- es tildado por varios vecinos de su localidad como un hombre con antecedentes violentos. En tal sentido, un ex trabajador de su emprendimiento veraniego en playa aseguró haber sido amenazado por Rodríguez con un arma de fuego, que disparó al aire para amedrentarlo y que dejara de solicitar sus derechos salariales y laborales.
También, el criminal fue acusado de haber matado a su propio perro de varios disparos con armas de su propiedad.