Como sentenciara cierta vez, “Araca la Cana es el manual no oficial de la historia de Uruguay”. Tanto como él, que lleva más de medio siglo como integrante esencial de la murga emblemática del “paisito” y 30, como director. José María Catusa Silva -“la verdad nunca supe bien el motivo del apodo”– dialogó con Gustavo Calle, desde Montevideo, en la emisión del viernes (4) de La Radio Ha Vivido Equivocada, programa que se emite de lunes a viernes, de 11 a 13, por NdR Radio FM 103.9.
Catusa Silva en el aire de #LRHVE
Catusa (75) no omite su afecto entrañable por los artistas populares uruguayos que desde siempre acompañaron al carnaval, expresión cultural esencial del sentir, pensar y soñar de sus coterráneos. “Hablar de Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Alfredo Zitarrosa, por citar sólo a algunos, es destacar el apoyo y la confraternidad que siempre mostraron con los murguistas, no sólo los de Araca, sino las de todas las murgas barriales, incluso las más pequeñas. Ese cariño se evidenció, ante todo, durante la última dictadura cívico militar, que comenzó en 1973, cuando al pueblo se lo pretendía privar de manifestar su pasión carnavalera”. A lo que Silva recuerda: “debí aprender a utilizar metáforas, ya que los mensajes directos podían causarnos más inconvenientes de los que teníamos, que no eran pocos ni insignificantes”.

El líder de La Bruta o La Compañera, como también se la conoce a Araca la Cana, no olvida tampoco a algunos artistas populares como Washington Canario Luna, “quien poseía una voz muy particular, única. Fue un ser humano excepcional y un murguista maravilloso”.
Sin perder jamás los tics retóricos montevideanos, como “Bo´, gurí y botija”, entre otros, Catusa no hesitó al ser abordado por el estilo y la filosofía de Araca: “Siempre estamos en la vereda de enfrente; jamás representamos ni representaremos a ningún gobierno. Incluso, y a pesar de mis amistad con José Pepe Mujica, hemos criticado a su gestión. La postura de Araca es estar siempre de nuestra lado, que es como decir del lado de la gente”.
Araca la Cana, nacida en 1935 en un barrio proletario situado al oeste de la capital uruguaya, Paso Molino -enclavado entre Belvedere y El Prado-, tras la inquietud de un grupo de canillitas –en su mayoría negros-, quienes se reunían en las calles a jugar a los dados, una actividad ilegal por aquel entonces. Dentro de este panorama, uno de ellos oficiaba como seña, como “campana”, para avisar si se corría algún peligro, ante la inminencia eventual de la policía. Entonces, éste gritaba “¡Araca, la cana!”, para alertar a sus compañeros y que éstos escondieran los dados. De allí surgió la denominación de la murga, según cuenta la historia reivindicada y corroborada en la entrevista por Catusa.
El dolor por la negación a participar en el carnaval de 2014
“Mi gran dolor fue cuando el jurado del carnaval de 2014 no nos dejó participar. Justo ese año Araca cumplía 80 años de vida. Fue una decisión política, que nos perjudicó no sólo a nosotros, sino también a Agarrate Catalina” (murga liderada por los hermanos Yamandú y Tabaré Cardozo). A pesar de la bronca que le provoca la evocación, Catusa señaló que “de todas maneras, ese año nos fuimos de gira por distintos puntos del planeta, logrando un reconocimiento por parte del público que nos sorprendió, pues llevábamos la cultura uruguaya a lugares insospechados”.
Silva, además, adelantó que “es muy posible que a la brevedad nos presentemos en la Argentina, país que quiero mucho, ya que se hallan avanzados algunos acuerdos para realizar recitales en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo”. Al mismo tiempo, recordó con cariño a la ciudad de Mar del Plata, “a la que atesoro en mi corazón, ya que allí hemos recibido reconocimientos importantísimos”.
Su reconocimiento a los artistas populares uruguayos
Catusa, quien coordina la dirección de La Bruta junto a su compañera, Lilian Silva, no obvió reconocer la calidad artística de algunos juglares uruguayos, como Jorge Lazaroff y Eduardo Mateo, a la vez que destaco, entre los “nuevos murguistas y artistas” a los hermanos Purciúncula (Maxi y Pablo). “Maxi, con tan solo 14 años, integró hace algunos años nuestra murga. Hoy conforma son Pablo un dúo musical de excepción”, expresó.
Catusa Silva: “En mi próximo viaje a Buenos Aires iré a visitar la radio”
En 2000, declarados los integrantes de Araca como “Ciudadanos Ilustres” de la Ciudad de Buenos Aires -después de llevar adelante una serie de cinco conciertos en el teatro Astros porteño- entre más de una veintena de reconocimientos recibidos no sólo en Uruguay sin en diferentes países europeos y americanos, la murga por excelencia de la historia del carnaval oriental tiene en su haber editados más de treinta discos, y ha sido acompañada a lo largo de su extensa trayectoria, por artistas populares como Larbanois-Carrero, Pablo Estramín, Manuel Capella, Rubén Rada, Víctor Heredia, Jaime Roos, Los Olimareños, Alfredo Zitarrosa, El Sabalero, Carlos Molina, Numa Moraes y Daniel Viglietti, entre otros.
José María Catusa Silva prometió en cualquier momento visitar personalmente los estudios de NdR Radio, “y de paso comernos un asadito y seguir charlando largo y tendido con ustedes”.

Catusa Silva, como bien afirmó en su definición de Araca la Cana, es también parte intrínseca y esencial del “manual de la historia no oficial del Uruguay”. Y sin manuales impostores de por medio, no caben dudas que la negación del término “oficial” quedaría anulada.
Catusa Silva, como aquellos canillitas negros en los albores barriales del ’30, desde hace más de 50 años es el cuerpo y el alma inseparables de esta murga compañera llamada Araca la Cana, que es la expresión más genuina de la identificación y la pertenencia del, como decía Eduardo Galeano, “el sentipensar” del Río de la Plata en su orilla montevideana.