Por Gustavo Calle
Al igual de lo que sucede en Télam, entre otros medios, el padecimiento de los trabajadores de Radio del Plata no va en zaga. Son, al día de hoy, 50 los trabajadores de diferentes áreas despedidos de la emisora situada en el barrio porteño de Palermo y en los próximos días el número podría verse incrementado, según lo declarado a FM 103.9 por Javier Ruedas, uno de los encargados de la puesta en el aire. Incluso, el atropello en la radio comenzó con anterioridad de lo acontecido en la agencia de noticias, y casi ningún medio de comunicación reflejó y refleja el caso. “Agradezco a NdR Radio por el acompañamiento y la difusión que realiza de todo lo que sucede en la emisora; diría que casi es el único medio que apuesta a ser solidario con nosotros”, señaló Ruedas, entrevistado en la emisión del martes (3), de La Radio Ha Vivido Equivocada.
Pero no sólo la genuflexia es cualidad de la mayoría de los medios de comunicación, ya que en el mismo seno de la emisora los integrantes de la tira deportiva diaria que se emite en la AM 1030 decidieron no apoyar a los trabajadores despedidos o en conflicto –a muchos se les adeuda hasta cuatro meses de sueldo más el medio aguinaldo-, graficando el gran negociado existente entre la patronal y, esencialmente, lo relacionado con el inmundo mundo del fútbol.
El despojo, en 10 claves
* Son 50 ya los despedidos en la emisora
* Hay retrasos salariales que alcanzan a cuatro meses más el medio aguinaldo
* Casi todos los conductores y productores de programas se solidarizaron con sus compañeros y no salen al aire
* En cambio, los integrantes de la tira deportiva diaria no acompañan el reclamo y sí prosiguen con los programas
*Los gremios que nuclean a todos los sectores abandonaron a su suerte a los trabajadores
*Es muy posible que en estos días se conozcan más despidos
*Ningún medio nacional acompaña o difunde lo que ocurre en la emisora
*Los trabajadores de la radio acordaron un plan de lucha con sus colegas de Télam
*El personal teme un vaciamiento de la emisora
*Javier Ruedas, operador técnico: “Agradezco profundamente el apoyo y la solidaridad de NdR Radio, casi único medio que nos acompaña en esta situación”
Y en este punto es menester detenerse y profundizar, ya que la información concreta de lo que están padeciendo los trabajadores se halla reflejada en el recuadro que también ilustra este artículo.
El programa deportivo de Del Plata está coordinado por el “carnero” Fabián Bimber, acompañado por otros rumiantes de su misma especie. Todos, como es muy mala costumbre, se hacen llamar “periodistas deportivos”, como si existieran escalafones profesionales dentro de la prensa o especialidades de posgrado. El “periodismo deportivo” es inexistente como emblema nominal y efectivo. El periodismo es uno sólo, y no posee divisiones o ramas, como sí la puede tener la medicina, por ejemplo. Entonces, a más de la profusión de un sinfín de entidades privadas que ofrecen, con cursadas en cortos lapsos de tiempo –como si fuera un ciclo, digamos, de corte y confección (sin desestimar el oficio)- la obtención de (falsos) títulos de “periodistas deportivos”, lo espurio y apócrifo de la propuesta los convierte en nobiliarios dentro del gran negocio del deporte. Y ante todo del fútbol.
Con la política, las grandes y medianas empresas nacionales y multinacionales, las asociaciones que rigen la disciplina y los medios de comunicación que necesitan de estos “periodistas deportivos” (cuanto más “deportivos” mejor) para saciar sus posturas ególatras y sus intereses. Es decir, los “periodistas deportivos”, ese invento al que si Dante Panzeri, por caso, viviera, los englobaría dentro de su enciclopédica “chantocracia”, son además del y gracias al hazmerreír la polea que pone en movimiento la farsa comunicacional.

“Periodistas deportivos” que están involucrados en los pases de los futbolistas; que se codean con el poder y la élite; que no conocen, salvo dignas y salvables excepciones, de criterios, de conciencia para sí, de vocabulario y mucho menos de honestidad y más aún de periodismo, valga el pleonasmo; que si es necesario (hablemos de pesos de libre convertibilidad) alaban, endiosan, o defenestran, lapidan, a quienes sus patrones les ordenan calificar. Como si fuese poco, estos “periodistas deportivos”, que no tienen absolutamente nada de periodistas y mucho, casi todo, de deportistas fracasados o retirados, demuestran su desprecio por los trabajadores de los medios que son acosados, precisamente, por sus mismos benefactores, pero que a estos últimos hambrean, despiden o no les abonan sus salarios. Sencillamente, porque ser “periodista deportivo” posee su rango de preferencia dentro de los empresarios que manipulan medios y que no saben absolutamente nada de comunicación.
Es en este momento histórico que, como dijo Jean Paul Sartre (pido me dispensen los “periodistas deportivos” que sólo conocen a Maradona o a Messi), debemos apostar al “nunca más libres que ahora”. Con la diferencia que el pensador francés lo declaró en plena ocupación nazi. Y aunque no padezcamos ya una invasión y apropiación alemanas, de una buena vez sería hasta saludable y una cabal muestra de asepsia desterrar a esta etnia que lejos de ir en extinción, se procrea cual cucarachas veraniegas. Los llaman y se dicen llamar “periodistas deportivos”. Vamos, y no son más que carneros con denominación pseudoartística.