El Partido de la Costa parece un municipio siempre atrasado en comparación a los otros cuando hablamos de medioambiente. Desde siempre se ha priorizado al turismo y a la ganancia de algunos por sobre el bienestar de todos. Mientras que municipios como Pinamar y Villa Gesell avanzaban en el tema, el nuestro vendía terrenos para armar barrios privados como Costa Esmeralda en pleno cordón medanoso.

Ya hemos comentado varias veces en nuestras columnas que el turismo funcionó como moldeador de nuestro espacio costero; nuestras playas son un reflejo del lucro matando a la naturaleza. Gran ocupación de frente costero para construir casas de veraneo o balnearios, destrucción de médanos y de nuestra biodiversidad y ningún interés por legislar o hacer cumplir las leyes vigentes.
Mientras tanto, el mundo avanzaba y las personas comenzaban a ganar conciencia. El medioambiente dejaba de ser solo algo a ser explotado y pasaba a tener derechos; se transformó en un bien jurídico a ser protegido. Desde 1994 la Constitución Nacional incluye el artículo 41 que dice que
Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo.
Constitución Nacional
Ya no podíamos hacer lo que queríamos con el medioambiente. O al menos eso decía y dice la ley desde hace más de 20 años.
Y llegaron las redes sociales. Y todos nos empezamos a comunicar, a denunciar, a educarnos. Ya no podíamos jugar más la carta de la ignorancia con lo que le estábamos haciendo a nuestro planeta, a nuestras playas costeras. La costa bonaerense se transformó, así como muchas otras, en un efervescente lugar de encuentro para quienes creían que la forma en la que explotábamos nuestros recursos no era la correcta.
A lo largo de todo el Partido de la Costa surgieron agrupaciones diferentes, algunas conformadas desde el interés personal y local y otras siguiendo lineamientos de agrupaciones internacionales pero todas tenían las mismas ganas y los mismos deseos de ver un municipio entrando en el siglo XXI. Fue esa lucha de muchos pequeños que hizo con que hoy nuestro partido finalmente contara con una secretaría de medioambiente. No tenerla por tanto tiempo fue el resultado de políticas anacrónicas que nos llevaron a la grave situación de las playas de Las Toninas y Mar del Tuyú entre otras cosas.

Personalmente no sé qué nos depara el destino en torno a la nueva secretaría. Desde el optimismo y desde las acciones que comenzaron a realizarse incluyendo a las agrupaciones locales, considero que es un paso al frente. La nueva secretaría tiene muchos desafíos por delante pero también muchas oportunidades.