Quienes transitamos los medios comunitarios, alternativos y populares desde hace décadas, por elección y por convicciones políticas, asistimos a uno de los días más tristes para nuestro movimiento. Hoy decomisaron los equipos del canal de televisión Antena Negra.
Entró la Federal con prepotencia policial, y dejó todo listo para que la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) y la debutante Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC) embalaran los equipos en cajas de bananas. Luego arrancaron cables, cargaron los equipos en la camioneta que decía Ministerio de Planificación Federal-Presidencia de la Nación, y se fueron.
La nueva ley de medios se desplomó sobre nuestras cabezas. Siempre tuvimos una mirada crítica sobre ella. Desde la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), a la que pertenecemos con orgullo, hemos advertido con preocupación durante estos años que la ley estuvo durmiendo bajo la falsa frazada de “Clarín no nos deja”, cuando en realidad la judicialización siempre fue parcial: 4 artículos no se aplicaron por Clarín; el resto casi no se aplicaron por AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), o por decisiones políticas superiores, o por internas intestinas (o sea, llenas de mierda) dentro del gobierno.
Terminamos el día tristes. Es una derrota. Dirán una contradicción del proyecto. Pero la mancha del decomiso al estilo menemista es indeleble. Al menos para nosotros.
[highlight ]Por La Retaguardia[/highlight]