Jugando uno de los mejores partidos en esta temporada, Chacarita goleó 3 a 0 a Brown (Madryn), como visitante. Brandán, Cocimano (el primero con la camiseta tricolor) y Pisano (preciso zurdazo al ángulo), los goleadores. El equipo de Biggeri ganó inobjetablemente e incluso la diferencia pudo haber sido mayor.
Por Gustavo Calle
Chacarita ganó un partido más, pero importante. No sólo por la necesidad y urgencia de retomar la senda victoriosa, sino porque el miércoles se viene lo que resta del partido ante Tigre, por Copa Argentina; por los fundamentos futbolísticos con que se consiguió el halago y como visitante, en una cancha que históricamente le fue esquiva; porque el triunfo le permite ingresar en zona de reducido, y porque justo se ganó en la fecha en que regresaron al equipo algunos jugadores que estuvieron lesionados y que tanto se extrañaban. Ahora habrá que validar lo realizado en suelo patagónico para volver a ilusionarse con el estilo impreso por el cuerpo técnico liderado por Aníbal Biggeri (más allá de los resultados más buenos que malos) y regresar a gozar del nivel futbolístico que parecía haberse extraviado.
La principal virtud mostrada por el Funebrero fue la forma de posicionarse en pos de adueñarse de las acciones desde el primer minuto de juego. Con Watson como único volante central -mas con la colaboración permanente en la recuperación de los otros cuatro volantes-, Chaca adoptó el rol con el que mejor dividendos obtiene: ser protagonista. La falencia quizá volvió a estar en los espacios vacíos que quedaron entre los mediocampistas y los centrales, aunque esta vez fueron disimulados por la encomiable tarea llevada a cabo por Watson. Desde esa postura ofensiva nace el primer gol: recuperación en tres cuarto de cancha de Coquito, habilitación de Cocimano a Brandán y definición rasante del 11. Lejos de abroquelarse y cederle el terreno al local, el equipo de Biggeri prosiguió en su tesitura y halló el segundo gol, invirtiendo los protagonistas. Pase de Brandán, primer gol de Cocimano con la camiseta tricolor.
Con el 2 a 0 a su favor, el Funebrero pudo aumentar el tanteador antes del golazo de Pisano. Antes y después de ello, dos cabezazos al gol anulados por posición adelantada a Cocimano –el primero, correctamente; el otro dejó más dudas que certezas- y cuatro o cinco situaciones clarísimas fueron la evidencia de lo antedicho. Hasta que Pisano, luego de una buena jugada colectiva y un encuentro a puro fútbol entre él y Pombo, sacó un hermoso remate de zurda que se incrustó en el ángulo superior derecho del arquero sureño.
Chacarita volvió a ser en la tarde de Madryn el equipo que supimos conocer. Incluso, con el agregado de parecer estar mejor físicamente que en los últimos partidos. Por caso, Meléndez, quien fuera reemplazado extenuado en todos los encuentros en que comenzó como titular, completó el tiempo reglamentario.
Por el categórico resultado obtenido, pero por sobre todas las cosas por la forma en que se consiguió, la esperanza se torna renovada. La recuperación de jugadores importantes- Chaves, Pisano, Salinas, por citar algunos ejemplos-, también es un dato importante a tener muy en cuenta. El porvenir inminente ojalá pueda servir para ratificar el rumbo.
CLAVES DEL PARTIDO
*Debut en la red. Sebastián Cocimano convirtió su primer tanto en Chacarita. Recibió un pase de Brandán, peleó ante los centrales rivales, ganó y en una posición complicada, definió al palo del arquero. Además, sin ser descollante jugó el mejor encuentro desde que está en el equipo, asistiendo y jugando con vocación grupal.
*Las figuras. En el marco de un buen nivel futbolístico individual y colectivo, Nicolás Watson y Matías Rodríguez sobresalieron por sobre el resto. El volante central se prodigó en ayudar y relevar a sus compañeros y se hizo dueño de todas las pelotas que pasaron por donde transitaba. Coquito, en tanto, fue gambeta, inteligencia y también recuperación. Un escalón debajo de ambos, Fernando Brandán (hizo un gol y asistió a Cocimano para el segundo) y Maximiliano Meléndez (se anima a jugar cada vez más y colabora con la recuperación de pelota). Mención aparte para Matías Pisano, quien además de convertir un golazo jugó un muy buen partido desde su ingreso.
*La gente, presente en Madryn. Muchos fueron los simpatizantes funebreros que se dieron cita y se hicieron oír en el costado de una de las populares del estadio. Portando camisetas tricolores y desplegando una gran bandera, alentaron respetuosamente durante todo el partido y celebraron la victoria final vivando a los jugadores. Una muestra clara que marca que el inconveniente no es la presencia de público visitante en las canchas, sino las barras que tergiversan la verdadera y honesta pasión y amor por los colores de cualquier club.