A once años del atentado a Cromañón (NdR: lo llamamos de esta manera, porque para nosotros “Tragedia” es sólo el resultado final y porque las faltas y fallas del sistema y sus poderosos así lo decretan), Agustina Claramut, una de las sobrevivientes de aquel fatídico 30 de diciembre de 2004, en el barrio porteño de Once, fue entrevistada por Gustavo Calle, durante la entrega matinal de La Radio Ha Vivido Equivocada, reafirmando que “aún esperamos por la condena judicial a los responsables políticos de este funesto episodio, en el que perdí a dos de mis amigos y que dejó en evidencia las carencias absolutas no sólo en seguridad, sino además en cuanto a la atención sanitaria de SAME y la actuación y falta de equipamiento y conocimiento de los bomberos y la policía”.
La tergiversación del poder y sus medios serviles.
Agustina, desde la ciudad de Buenos Aires, acometió contra los medios de comunicación convencionales que “todavía colocan como tema central de discusión si los integrantes de Callejeros son los responsables de la masacre o no, cuando en realidad el mismo Omar Chabán -fallecido propietario de Cromañón- esa misma noche, antes de empezar el recital nos sentenció a muerte admitiendo las fallas en la seguridad”.
Para esta joven, que en 2004 era una adolescente, el ex jefe de Gobierno porteño en aquel entonces, Aníbal Ibarra, “debió haber sido inhabilitado para ejercer cargos políticos posteriores a la masacre”. En tanto, subrayó que “durante casi un año después de lo sucedido no recuerdo claramente cómo he vivido, con quiénes he hablado, qué pensaba. Fue todo muy difícil. Hoy, a once años, prefiero recordar que habíamos decidido ser felices junto a mi hermano y amigos que decidimos aquella noche ir a presenciar un concierto de nuestra banda predilecta”.
Por su parte, Agustina sentenció que al menos se hubiese podido evitar la muerte de un 30 por ciento de los jóvenes, “si es que la policía, los bomberos y el SAME no hubiesen permitido el ingreso de ellos al boliche para ayudar en el rescate”.
Una herida que no cierra.
El atentado, que dejó más de 190 muertos y miles de personas heridas, además sumó que con el paso del tiempo 16 personas se suicidaron por no poder soportar la memoria y el recuerdo doloroso de aquella noche de fines de 2004. “Mientras tanto, ningún representante del poder se asume su compromiso hasta el día de hoy de lo acontecido y de su responsabilidad directa”, sentenció.