Como es costumbre en cada etapa preelectoral, los distintos sectores de la politiquería de baratija costeros emprenden su vil y redundante tarea especulativa en busca de votos, reabriendo, después de años, sus oscuras y lúgubres cuevas llamadas locales partidarios.
Milonga de lo peor
Unos y otros vomitan su argot proselitista, con frases y promesas banales, mediocres y pletóricas de hipocresía. A la vez, también se pueden observar a las larvas parasitarias que actúan como punteros recorriendo sobre todo los barrios más carecientes, buscando a sus presas predilectas, que son los mismos a quienes despojan y les imponen necesidades sin cobertura.