Nació allá, donde hoy parece lejos y cerca a la vez, gracias a esa memoria latente. Junio de 1980. 10 de junio, en el entrañable club del barrio: Fénix. Todo Capurro, en Montevideo, se asomó a saludar a su murga, la que con el paso del tiempo excedió los límites y el negociado del carnaval, para convertirse en la de las Cuatro Estaciones. A la que no le importan los premios de febrero, sino el galardón que el suburbio, al clamor y el calor de Momo, le entregan desde hace ya 38 años. Falta y Resto es decir Raúl Tintabrava Castro. Pero también es decir “de qué sirve un vestuario súper concheto, una escenografía descomunal, de qué sirve un teatro súper moderno, si arriba del tablado no hay carnaval”, como expresa su director y fundador.
[author title=”Por Gustavo Calle” image=”https://ndrradio.com.ar/wp-content/uploads/2018/06/Gustavo-Calle.jpg”]Director periodístico de NdR Radio FM 103.9 y conductor de La Radio Ha Vivido Equivocada (de lunes a viernes de 11 a 13).[/author]
Entrevistado en La Radio Ha Vivido Equivocada en su emisión del jueves 21, Tintabrava, ese hombre de imponente altura y porte físico que supo y sabe aún jugar al básquet en su clubcito de siempre, Tabaré (entre otros), quien nació un 3 de marzo de 1950 en Pocitos (Montevideo), fiel a su compromiso murguista aseguró que la Falta “es sólo un espejo del sentir y el pensar de la gente. Lo único que tratamos es de reflejarlo de manera inteligente, poética, y alegre, porque el espíritu del carnaval es eso. Hoy, la alegría es sinónimo de revolución. Y en ese camino estamos desde nuestro nacimiento, hace 38 años”.
La Falta y la lucha feminista
Con la reciente incorporación a la formación de “seis gurisas” -como las llama a Carolina Favier, María José Hernández, Martina Cal Dos Santos, Jhoanna Duarte, Camila Sosa y Papina De Palma, las nuevas componentes-, Falta y Resto rompió con la tradición estanca y movió las piezas de la murga. “De alguna manera nos debíamos enriquecer, y qué mejor manera que dándole lugar a la mujer, que por una cuestión de machismo, diría, siempre estuvo vedada en la murga. Además, porque son excelentes vocalistas y comediantes tienen por bien ganado el lugar”, admite con la misma simpleza con que rememora su expulsión de España, allá por 1975, cuando la policía del dictador Francisco Franco lo vinculó con sectores de la izquierda. El mismo Tintabrava que a tantos años vistos deambuló luego desde París por distintos puntos europeos haciendo dedo y de esta manera poder regresar al “paisito” para seguir dando combate, montado a su arte, a la ignominia y al despojo.
Raúl Tintabrava Castro: “Las gurisas le aportaron un toque de distinción a la murga: la expresión desde el punto de vista femenino. Es lo que le faltaba a La Falta para ser una verdadera representante popular“
El camino hasta La Falta y el recuerdo al eterno Canario Luna
Claro que más allá en el tiempo, ya Tintabrava demostraba su don murguista, desde aquellas épocas de moña colegial hasta integrar Los Penados Mercantes, formación que precedió a la creación de La Falta, ganadora dos veces consecutivas, en 1988 y 1989, de los carnavales uruguayos. Aunque estos logros, no empañan las críticas al mercantilismo que rige los destinos de esta fiesta popular en su raíz y cooptada, en parte, por los mercaderes que la usurpan: “esto es por mucho más que un premio”, dijo Raúl Castro tras eliminación de Falta y Resto del Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval, en el Teatro de Verano Ramón Collazo, en el último año. Una polémica eliminación que trajo un sinfín de controversias y reclamos de seguidores de La Falta y en particular de este socio vitalicio de Peñarol, que supo compartir en su rica y vasta trayectoria escenarios con artistas de la talla de Jaime Roos, Jorge Choncho Lazaroff, José Carbajal (el Sabalero), La Vela Puerca y “el Polaco Goyeneche de la murga”, tal describió en la charla con NdR Radio a Washington Canario Luna. “El Canario me enseño todo del carnaval y de la murga. Recuerdo cuando íbamos en las bañaderas (ómnibus que trasladan a los murguistas a los tablados) y él me marcaba cada detalle de los se debía hacer”.
“El Canario Luna es el Polaco Goyeneche de la murga”
— El Canario, en el final de Que el letrista no se olvide (de cuya letra, Tintabrava es su autor), te dice “Flaco, para cuándo la canción para mi barrio, Villa Española”. ¿Nunca pensaste en saciar ese pedido?
— La verdad no me parece adecuado, pues es el barrio del Canario, una barriada anarca y a la que hay que sentirla profundamente. Prefiero mantener ese mito y que en definitiva el pedido que me realiza el Canario signifique que sea el mejor tributo a la Española.
Falta y Resto. La murga de las Cuatro Estaciones, mote logrado porque desde hace varios años esta formación que hoy -además de “las gurisas” citadas, está integrada por el hijo de Tintabrava, Leandro Castro, como director de escena, el interminable Orlando Dacosta, Jorge Vidal, Gastón Angiolini, Matías González, Bruno Bukoviner, Andrés Vázquez, Germán Carreras, William Lorenzo y Joaquín Mollica– alcanzó por enaltecer esa alegría y ese compromiso carnavaleros más allá de las fechas que marcan los calendarios, catapultándose como la innovadora en este sentido.
Raúl Castro. Tintabrava, apodo que en 1982, le colocó el Viruta –compañero del barrio- “cuando nos censuraban casi todas las letras. Una vez, la Comisión de Censura me entrega la carpeta con la letra toda tachada con cruces rojas y se la muestro a los muchachos. Uno de ellos, el Viruta, me dice: ´y que querés Flaco, lo que pasa es que estás con la tinta brava´. Y partir de entonces, se me conoce así”, cuenta. La misma censura que pretendió en vano desterrar con su tractatus de opresión y miseria la letra del tema A una mano Paloma: “es una canción que no pudimos cantar en dictadura, pero que luego se convirtió en un símbolo de la murga”, admite.
Mientras hace un anacoluto en la vivencia murguera, exultante por los triunfos futboleros de la Celeste en el mundial de Rusia, Tintabrava retoma el tema compartiendo uno de sus sueños más preciados: “Me gustaría propagar la murga uruguaya por todo el mundo”, sentencia quien además trabaja desde hace muchos años como publicista con su propia agencia. “Verdad, pero esta actividad nació después de mi tarea como director de Falta y Resto”, aclara con orgullo murguista. Y vaya si ese sueño va construyendo parte del camino, ya que desde hace un mes, la murga de las Cuatro Estaciones viene subiendo a distintos tablados uruguayos y argentinos la Misa Murguera, espectáculo que el pasado sábado 9 de este mes presentó en Mar del Plata, en la sala Astor Piazzolla del teatro Auditorio.
“Fue una inmensa alegría poder actuar en esta ciudad (Mar del Plata), por la cálida recepción que tuvimos, al igual que nos pasó cuando estuvimos en la provincia de Entre Ríos o últimamente en la actuación en La Plata”, señaló. Misa Murguera -que prontamente La Falta presentará en la provincia de Córdoba– es un maravilloso espectáculo que conmueve por el recuerdo a Daniel Viglietti y su compromiso siempre latente en temas como la igualdad de género, el derecho al aborto legal y gratuito y la crítica al negocio que se monta del carnaval.
Reviví la presentación de la Misa Murguera en Mar del Plata, haciendo click acá.
[dropcap]R[/dropcap]aúl Tintabrava Castro, el letrista que no se olvida de su compromiso con la alegría que revoluciona (“como cantar”, agrega), ni de cantarle a la amistad, ni de los hombres de corbata que quisieron ser murguistas y no fueron a ensayar, ni de la heroica minifalda que el piropo cosecha trepadita en el cordón. Tampoco se olvida de Pepe Guerra, de arrimarse al veterano, de escuchar la rebeldía o de negarse a obedecer. Tintabrava, el que canta “que no quede en el tintero lo que falta por hacer”. Con la memoria de aquel botija de Pocitos, que llevó a Capurro a formar Falta y Resto, en un noche oscura y de botas sanguinarias militares, en aquel junio de 1980.
Tintabrava, habitante de ese paisito en que se rema con las mismas ganas e igual fuerza en favor de la supervivencia y el honor murguista. Donde todo el que es y el que no es uruguayo siente admiración desde siglos inmemoriales. Tintabrava, exponente de la maravilla murguista que es gloria uruguaya y ni así se le pierde la humildad. Cualidad innegociable de ser Celeste y murguero. Porque ser uruguayo es ser, ante todo y contra todo, un Vamo´arriba y felicidad.