En las últimas semanas estuvo circulando por ahí un decálogo del buen turista. Desde aquí, vamos a ofrecerles un decálogo no del buen turista sino de aquel que se niega a cambiar y a entender que el mundo ha evolucionado y continúa con prácticas que no solo arruinan el medioambiente sino también las vacaciones de todos los demás.
Aquí vamos, entonces:
1- Use la playa como su tacho de basura personal: cada vez que vaya a disfrutar del entorno natural que el Partido de la Costa le brinda, no se olvide de dejar todos sus desechos en el mismo lugar donde se detuvo a aprovechar del sol y la playa. Con suerte, un viento fuerte los desparrama por todos lados y más personas podrán aprovechar su suciedad.
2- Fume, fume y fume. Sabemos que la playa es pública y que usted, fumador, no puede resistirse a fumar ese puchito relajante en una zona costera que se caracteriza por el viento y en donde su humo nos hará a todos, chicos y grandes, fumadores pasivos. Para culminarla, no se olvide de revolear la colilla para que la playa sea un gran cenicero.
3- Entre con su auto a la playa: destruya el ecosistema que contiene una gran biodiversidad que claramente usted no percibe. Aplaste plantas, caracoles, insectos, asuste pajaritos y espante gaviotas. Al final, lo que importa es que usted pueda contaminar con sus ruedas, su aceite y su ruido el espacio costero. Ah, y no se olvide también de poner en peligro la vida de quienes están queriendo disfrutar de la playa.
4- Corra carreritas en su cuatriciclo y su moto en la playa: al final, si hay gente que entra con su auto, ¿por qué no lo va a ser usted, dueño de otro tipo de automotor?

5- Escuche música a todo volumen: entendemos que para usted la música que escucha, sea cumbia, rock o hip hop es tan buena que siente la necesidad de ir con parlantes súper poderosos a la playa y arruinarle la paz y la tranquilidad que tanto buscan las personas al usar sus ahorros para vacacionar en un entorno natural. Nadie quiere escuchar gaviotas. Nadie quiere escuchar el mar. Nadie quiere poder escucharse con otra persona. Estamos seguros que todos quieren escuchar a los Wachiturros.
6- Disfrute del asadito con la familia hasta las 4 de la mañana con música y gritos en una de las parrillas del chalecito que alquiló para pasar las vacaciones. Eso sí, que no le importe que además haya otros diez chalecitos pegados al suyo, uno al lado del otro, que tengan que disfrutar forzosamente su asadito mientras tratan de descansar.
7- Deje la basura en un tacho que no es suyo y/o que esté rebalsando de basura: al final, si usted alquiló, no es culpa suya que la casa no cuente con tacho. ¿Esperar hasta mañana a que se vacíe un poco al menos? Ni loco. Total, después que dejo la basura afuera no veo para dónde va. Si usted es dueño del lugar… ¿poner un tacho? Ni loco. Total, después que dejo la basura afuera no veo para dónde va.
8- Saque almejas: comprendemos que es imposible no sacarlas cuando ellas mismas se exponen a que el ser humano las saque. ¡Mirá, salen a la superficie y todo! ¡Quieren que las saquemos! No le preste atención a los carteles que piden que no lo haga. Llene un tacho y después deje que se mueran por ahí porque al final, usted ni pesca ni sabe cómo prepararlas.

9- Pídale al residente que haga el trabajo por usted: cuando llegue a la Costa, lo primero que debe hacer es explicarle al residente cómo debe quejarse por la mala situación del partido. Cómo es su culpa la suciedad por votar siempre a los mismos. Cuando le digan que usted como veraneante o como propietario de segunda casa también puede hacerlo, argumente que vive lejos. Que la Costa y su medioambiente, es algo que quienes vivimos aquí debemos cuidar. No se haga cargo de la parte que le toca.
10- Oféndase cuando alguien le hable sobre este decálogo porque cree que está hablando de usted.