Estas últimas semanas dos hechos me llamaron la atención: protestas contra los balnearios privados en Mar del Plata y la multitudinaria marcha chubutense en contra de la megaminería.
Los hechos no me llaman la atención por lo que sucedió después como la culpabilización de los asistentes a la protesta por romper propiedad privada en Mar del Plata o la detención arbitraria de asambleístas en Chubut por parte de policías sin identificación. En países donde quien tiene más dinero, tiene más razón eso es casi parte de la norma.
Lo que me sorprende gratamente es la toma de conciencia por parte de la gente sobre temáticas que antes podrían haber pasado desapercibidas o simplemente ignoradas porque “qué vamos a hacer nosotros simples mortales”.
Hace años ya no permitimos que las cosas pasen porque el Estado no responde. Hace años que las personas empezamos a pararnos y a defender nuestro espacio. Hace años, la cuestión ambiental dejó de ser algo lindo de mencionar pero no algo válido para discutir. Hoy, el ambiente es protagonista.
Hoy está claro que la responsabilidad no es solo estatal; la responsabilidad es y siempre fue también ciudadana.
Entonces, ¿responsabilidad ciudadana es salir a la calle a protestar y reclamar por lo que se le hace al ambiente?
Sí. Pero no es solo eso. Nuestra responsabilidad como ciudadanos es también hacer nuestra parte.
Este último fin de semana el Partido de la Costa recibió miles de turistas. Y vimos cómo las playas se llenaban de autos, los cuatriciclos corrían libremente por los médanos y las esquinas se llenaban de microbasurales. Vimos cómo algunos dejaban sus basuras en vez de llevárselas con ellos.
“El municipio no los multa” y “no ponen suficientes tachos” son algunas de las excusas que más escucho.
Y es todo cierto. Pero no debería hacer falta multa para que no bajen a la playa con sus camionetas y cuatriciclos; al final, a esta altura del partido sabemos lo peligroso que pueden ser vehículos circulando en la playa y el impacto ambiental que tienen. Pero si no lo sabemos, es cuestión de usar el sentido común: ¿a vos te gusta tener un cuatriciclo circulándote mientras estas en la playa y tratás de disfrutar del sonido del mar? A mí tampoco. Viniste a limpiar tu casa después de meses de no poder venir. ¿Contrataste un volquete, llamaste al Municipio para ver qué hacer con toda esa basura, ese colchón viejo, tenés al menos un tacho en la puerta? Pero no son solo los turistas. No nos olvidemos que también hay residentes que no cumplen con las mínimas normativas ambientales.
De todas formas la cuestión no es buscar culpables sino hablar de responsabilidades. Cuando le pedimos soluciones al Estado, no nos olvidemos que parte de esas soluciones también empiezan por nosotros.