Desde chico soñaba con ser periodista, mientras leía la formación de Chacarita en los diarios me imaginaba estar diciéndolo frente a un micrófono para que otros hinchas me escuchen. Me pensaba en una cabina en la cancha haciendo el partido. Lo que nunca se me pasó por la cabeza es que me iba a querer ir al final del primer tiempo.
Aldirico tuvo que meter mano en el 11 titular que fue vapuleado en Villa Soldatti ante Riestra. Dos lesiones y una táctica. Las salidas de Nieto, Sánchez y Vega por Pérez Godoy, Groba y Lezcano (estos últimos pasaron de ser borrados a integrar el 11 titular: solo en Chacarita).
De la ilusión a la desazón
El primer tiempo comenzó con una sensación de entusiasmo porque presionó en la salida del conjunto mendocino y recuperaba en terreno visitante. Por eso, Rios casi consigue abrir el marcador con un cabezazo y Groba sorprendió a Giovini de media distancia.
Tras eso todo fue de la visita
El conjunto visitante encontró en las espaldas de Mazur (qué raro) la llave al gol. Porque por allí Cristian Llama habilitó al número 8 dentro del área y tras frenarse y sentir el toque de Menghi se tiró para que Comesaña cobre penal. 0-1 y a remontar otra vez, o al menos a intentarlo. Eso creíamos.
Trípodi, que volvía del Covid, comenzó a transformarse en figura. Tapando dos mano a mano y sacando un tiro de esquina cerradísimo del 10.
En una de las entendibles jugadas de este equipo, Silcan, por orden de Pérez Godoy, jugó atrás con Ríos, éste con Trípodi que abrió con Menghi sobre la banda derecha y, cuando creíamos que el rústico central iba a reventar la pelota para no complicarse, jugó para el medio pero se la dio al número 11 rival que rápidamente se metió en el área y definió tras la salida del arquero. 0-2 y cosa liquidada.
De la desazón a la desesperanza
Mientras en Mundo Chacarita hablábamos con la gente creíamos que el DT e Hincha de Chacarita iba a poner la carne en el asador para buscar el descuento de entrada. Pero no, solo sacó a Rios (jugó gran parte del primer tiempo con dolencias) para poner a Robledo. Un cambio para no cambiar nada.
La seguidilla de la primera mitad era una realidad: nada de lo que esperábamos de un equipo que pierde 2 a 0 y de local pasó. Porque Chacarita siguió en su tónica divorciado y en juicio vigente con el gol, jugando más cerca del arco propio que del rival y entregando todas las pelotas al de la camiseta contraria.
Aldirico es la muestra de que no solo no se mejora, sino que todo lo contrario.
25 minutos del segundo tiempo, PRIMER CAMBIO OFENSIVO, la salida de Silcan para que ingrese Fergonzi. Decía Gustavo Hoyo, relator de Mundo Chacarita, que le iba a traer problemas al fondo. No necesitó de eso la visita para sumar un tanto más al marcador. Centro desde la izquierda y frentazo llano para el 0-3. Ya era una utopía la remontada.
Para colmo de males, otra mala entrega sobre banda derecha, centro al área y el remate que pega en el palo y se mete por detrás del arquero. 0-4, a otra cosa, y faltaban 15 por lo menos. Gracias al mundo a Pozo se le ocurrió sacar a Llama porque podría haber sido mas catastrófico aún.
Un equipo sin rebeldía, sin amor propio, sin fútbol. Atrás quedaron las tres victorias, el presente marca 0 de 6 con 8 goles en contra.