El oficialismo y la pseudooposición politiqueras instauraron en la sociedad una nueva disputa banal, maniqueísta y tergiversadora de la realidad: Cristina Fernández versus Diego Luciani.
De un lado y del otro, frases rimbombantes, amenazas virtuales y frases de pacotilla que pondrían en peligro la democracia y la constitucionalidad se apoderaron de la sometida y direccionada opinión pública, mientras prosiguen las remarcaciones de precios y los tarifazos en los servicios públicos.
Y se acabará la función
Cuando en unos días, el fiscal retome la rutina de condenar a los desheredados de todos y la vicepresidente salga a hablar por cadena nacional alardeando de su honestidad e inocencia dictaminadas por la misma Justicia que hoy la juzga histriónicamente, la historia argentina volverá a repetirse, con los sometedores y corruptos libres y los libres, presos de ellos.