Con un golazo de Ricardo Blanco en la primera parte, Chacarita venció 1 a 0 a un duro Racing (Córdoba), en San Martín, y a falta de siete fechas se aseguró, al menos por una semana más, la punta de la Zona B del certamen.
Por Gustavo Calle
Y así como sucedió en el triunfo ante los cordobeses de Nueva Italia serán, seguramente, los siete partidos que restan para culminar la primera ronda del campeonato. Duros, ásperos, complejos y cerrados. Partidos no sólo hacer valer la valiosa y bienvenida idea futbolística de Chaca, sino para jugarlos con inteligencia. Esta vez, y en San Martín, el Funebrero debió bregar para superar a un combativo Racing, que incluso hasta cuando quedó con diez (por expulsión de Fernia) no cejó en su intención de ir, con sus escasas pero nobles armas, en busca de la igualdad. Finalmente fue victoria de Chacarita, porque en el balance fue mucho más futbolísticamente, anotó un golazo con “vaselina” a través de Ricky Blanco y generó –como es su costumbre- muchas situaciones propicias para aumentar la mínima diferencia. Claro está, y también como es habitual, que sufrió. Sobre todo en un par de ocasiones en la primera parte y en un disparo de Méndez (ex Chaca) que resolvió de manera magistral Correa y luego Caro Torres se encargó de despejar tras el rebote del 1 local.
Chaca sustentó su triunfo en el trajinar incansable de Perdomo, la tarea desgastante de Giménez, las apariciones de Blanco, Coquito y hoy también del prodigar de Pugliese, sumado a la firmeza de Caro Torres y las buenas actuaciones de sus laterales: Juan Cruz González y Franco Quiroz. Sí sintió la ausencia de Álvaro Cuello (por cinco amarillas), sustituido por Nico Gómez, quien también aportó lo suyo –aunque sin la claridad y la dinámica del doble 5 titular- redondeando una buena presentación desde el inicio.
Párrafo aparte merece el gol de Blanco, al que hay que adjudicarle un enorme mérito de Caro Torres, saliendo a cortar un avance rival, sacándose con guapeza un par de rivales y colocando un exacto pase largo para el 10, que con su calidad inconfundible “la picó”, y de derecha, por encima de Mattalia.
A esta altura es irreprochable el juego vistoso y la actitud de todo el plantel. Y hablo, por ejemplo, de aquellos que no son habitualmente titulares, pero cuando les toca saltar a la cancha no desentonan. Ante los cordobeses, el ingreso de Claudio Pombo fue determinante, moviéndose desde el centro del campo pero siempre verticalmente, con actitud ofensiva. Y ganó todo lo que llegó a sus pies. Pero, en el derrotero, no podemos obviar la generosidad que dispensa Pulicastro, las intermitencias y la buena pegada de Astina, los desbordes y enganches de Beltramone, la corrección limitada de Lettieri o las apariciones esporádicas de Tobías Fernández, que casi siempre cumple con su función.
Siete fechas que serán arduas y difíciles restan para el cierre de esta primera parte del torneo. Siete fechas que el hincha de Chaca las vivirá –como aconteció con cada de las anteriores- con su fe intacta. Pero por sobre todo sabiendo lo que este equipo conformado por Aníbal Biggeri ofrenda. Esa saludable intención –casi siempre llevada a buen puerto- de ser protagonista con la pelota en sus dominios y la entrega inclaudicable de cada uno de los jugadores. La próxima parada será en el Bajo Flores, donde aguarda el marrullero Deportivo Riestra. Que nos sirva, entonces, como parámetro, lo que costó el triunfo ante Racing (Córdoba), para entender lo que nos jugamos, pero sin perder jamás el estilo distintivo de este equipo que llegó hasta aquí por su honesta e inapenable propuesta futbolística que tanto nos identifica.

CLAVES DEL PARTIDO
*Perdomo, el incansable. Lo del Puchi fue estremecedor. Cortando, jugando y hasta incluso, cerca del final, casi convirtiendo de media distancia, después de llevarse el balón ante varios rivales a pura coraje y destreza. Más que merecidamente se ganó la ovación del público.
*Giménez, inconmensurable. Otro que a falta de siete fechas para el final de la primera fase se ganó con creces el reconocimiento del hincha coreando su nombre, luego de arrojarse al piso y rechazar una pelota al lateral. Lo del Tanque, a esta altura, es emocionante no sólo por su despliegue incesante, sino por sus goles, su tarea pivoteando y por el desgaste físico que le propicia a los centrales de los equipos rivales. Ante los cordobeses, la figura del equipo.
*Correa y Caro Torres. El arquero siempre aparece cuando se lo necesita. Tapando abajo, en la segunda parte, ante un remate rasante de Méndez. El central fue impasable defensivamente, de arriba y de abajo, e incluso fue el constructor del gol de Blanco, al recuperar el balón en la mitad de la cancha y habilitar con un pase milimétrico al goleador.
*El ingreso de Pombo. Promediando la segunda mitad reemplazó a Pugliese convirtiéndose en un jugador fundamental en casi todos los ataques (muchos) del Funebrero. Habilidad, rapidez y buen remate fueron sus atributos principales. El arquero visitante le sacó un remate esquinado (con poste incluido), luego de una gran jugada individual.
*El aliento de la gente. Desde las dos populares y ambas bandejas de plateas, incesante y conmovedor fue el cántico victorioso del hincha Tricolor. Durante los últimos minutos del partido fue ensordecedor y transmitió al equipo ese “empuje extra” para mantener la victoria.