Chaca lo perdió en el final ante Quilmes, 1 a 0, sufriendo además las lesiones de Rodrigo Salinas, Sebastián Cocimano (había ingresado por el primero) y Matías Vera. Otra vez la falta de definición y el no saber aprovechar que el local había quedado con 10 (expulsión de Batista) fueron determinantes en la derrota. El Funebrero terminó el encuentro alistando un equipo diezmado y sin referente de área durante todo el segundo tiempo.
Por Gustavo Calle
Una sucesión interminable de adversidades futbolísticas y extrafutbolísticas pareciera perseguir a Chacarita desde el inicio de 2024. Repasemos. En plena pretemporada, accidente automovilístico de gravedad sufrido por Puchi Perdomo. En plena recuperación, aún no retomó tareas de entrenamiento. Primera fecha del torneo: esguince de tobillo de Matías Pisano. No estuvo presente en los dos encuentros posteriores. Un muerto, tras un enfrentamiento entre barras. Colofón: cuatro fechas como local y encuentro ante Tigre, por Copa Argentina, sin la presencia de público. Cumplida la sanción, sólo socios podrán ingresar a los encuentros en San Martín. Segunda fecha: triunfo en Caballito, ante Ferro, pero sufriendo la dura lesión de Ramiro Costa. Como resultado, ocho meses de recuperación, al menos. Se pierde todo el campeonato. Agregamos el esguince sufrido por Vera, quien recién regresó al equipo ante Quilmes. Tercera fecha: expulsión infantil de Tobías Fernández. Chaca, con 10, ganaba 1 a 0 a San Miguel, en casa. A falta de cuatro minutos, empate de la visita. Final, 1 a 1. Copa Argentina: excelentes primeros 45 minutos del Funebrero, pero falla en la definición. Primera llegada de Tigre, en la segunda parte, y gol. Botellazo arrojado por plateístas del equipo de Victoria que impacta en la cabeza de Brandán. Suspensión del Partido. El ex Gimnasia (Jujuy), afuera de los convocados frente al Cervecero.
Volvemos al certamen de la Primera Nacional. Cuarta fecha: derrota ante Quilmes. Diez minutos del primer tiempo, se retira lesionado Rodrigo Salinas, ingresando Cocimano, quien sufre un corte a la altura de su ojo derecho y luego es reemplazado por una molestia al término de la primera parte. Tres centrodelanteros en el plantel, los tres averiados. Vera retorna al primer equipo, luego de dos partidos alejado por lesión. Corte tras una agresión de un jugador de Quilmes, y debe ser sustituido (además minutos antes acusaba dolor en uno de sus tobillos). Ultima pelota del partido. Tiro libre para el local, tras una inexistente infracción determinada por el paupérrimo y sospechado árbitro Diego Ceballos. Gol. 0-1. Quilmes se había quedado 20 minutos antes con 10 jugadores por expulsión de Batista. A todo esto sumarle lesión del central Sebastián Álvarez, ausente por Copa Argentina y frente al Cervecero.
Efectuada la salvedad, un dato no menor: la ineficacia a la hora de definir, en los partidos ante San Miguel, Tigre y Quilmes. No menos, en los tres encuentros, de 15 clarísimas situaciones de gol desperdiciadas. En síntesis: increíble empate en San Martín y derrotas ante Tigre -parcial- y Quilmes.
En este contexto, bien vale analizar el juego demostrado por el equipo. Partiendo de una máxima innegociable que parece ser la identidad de juego, Chacarita también mostró –como es lógico en todo equipo- falencias, más allá de la citada a la hora de la definición. Como sucedió en el campeonato pasado se observan amplios espacios sin cobertura a la hora de defender y excesiva distancia entre los volantes centrales y la última línea. Todavía la dupla Oneto-Brunet no irradia la misma confianza que la alcanzada en 2023 por Zanini-Caro Torres. Y en cuanto al arquero, Federico Losas se va asentando en el puesto, a pesar de algunas dudas posicionales en el juego aéreo. Lejos está el recaer en culpas al golero, por los últimos resultados adversos. Definitivamente, Chacarita no empató ni perdió por culpa del 1. En todo caso, las fallas en la última puntada fueron mucho más decisivas.
Ante Quilmes, luego del dominio local en los primeros minutos del partido, el equipo de Aníbal Biggeri tuvo el control y las más claras posibilidades de gol. Sin jugar bien –sobre todo cuando el rival quedó con diez-, es irreprochable que la idea de juego es siempre la misma. Esta vez, los ejecutores no estuvieron finos. Pisano, Pombo, Passaglia y Coquito Rodríguez, a pesar de la prodigalidad, no lograron imponer su fútbol con claridad. Y las lesiones de los centrodelanteros, también resultaron determinantes. Chaca jugó la segunda parte improvisando obligatoriamente jugadores en ese puesto.
Párrafo aparte para la infracción cobrada en el último minuto de los cuatro de descuento adicionados por el cada vez más mediocre y sospechado árbitro Diego Ceballos. Le sanciona un foul inexistente a Iván Cardozo sobre el vértice izquierdo del área. De esa pelota llegó el gol y el final. De todas formas, Chacarita no pierde ante Quilmes por ello, sino por los motivos antes citados. Como, de más está decir, también pudo haber empatado y hasta salir airoso.
A cambiar la suerte
En lo inmediato, restará saberse cuál es el grado de gravedad de las lesiones de Salinas y Cocimano; si la dirigencia se abocará a traer un nuevo jugador para esa zona del ataque, o el cuerpo técnico se las arreglará dándole lugar a algún juvenil inexperiente (Pablo Ortiz, por ejemplo). Por lo pronto, con virtudes y defectos (muchas más de las primeras) se vuelve imprescindible aguardar que el plantel repela esta mala racha futbolística y extrafutbolística (sobre todo esta última) para que acabe lo más rápido posible y pueda reencauzar el rumbo propuesto. Apostar a ello, dejando de lado absurdas cuestiones esotéricas o de hilarantes supercherías, es el desafío de este presente.
CLAVES DEL PARTIDO
*Sin 9. En tan sólo cuatro fechas del certamen, Chacarita se quedó sin centrodelanteros. Ramiro Costa (al menos, ocho meses de recuperación), Rodrigo Salinas y Sebastián Cocimano (ambos, ante Quilmes) se encuentran lesionados y restará confirmar el grado de las dolencias en los dos últimos. Como si fuese poco lo ocurrido con Luciano Perdomo, debemos sumar a los nombrados los esguinces sufridos por Marías Pisano y Matías Vera (quien además debió abandonar la cancha con un corte luego de la agresión de un jugador quilmeño), más Fernando Brandán, quien sufrió la agresión conocida en el partido por Copa Argentina, ante Tigre. Marcos Astina es otro de los nombres que se puede agregar a la extensa lista, quien todavía se encuentra en proceso de recuperación desde el año pasado.
*Con el arco rival cerrado. En los últimos tres partidos (San Miguel, Tigre y Quilmes) sobresalió la carencia a la hora de concretar. Si a esta situación le agregamos las lesiones de los tres centrodelanteros del plantel, indudablemente la dirigencia deberá intentar incorporar de manera urgente algún reemplazo en ese puesto. Ante Quilmes, Coquito Rodríguez, Pombo, Belloso, Figueroa y hasta el debutante Iván Cardozo, al menos, fallaron en la última puntada.
*El debut de Iván Cardozo y el regreso de Víctor Figueroa. Tras la salida obligada de Vera, el juvenil marcador central natural ocupó el lateral derecho y lo hizo correctamente. Incluso mostrando una saludable vocación ofensiva. Sobre el final, y antes del gol de Quilmes el nefasto Diego Ceballos le cobró una infracción inexistente que derivó en la victoria agónica del local. En tanto, el Negro Figueroa mostró, en sus pocos minutos en cancha, destellos de su calidad. Pudo haber abierto el marcador, tras un gran enganche y posterior remate de emboquillada que atrapó el arquero Cervecero.
*El mejor. En un partido en que las cosas no salieron de la mejor manera, a pesar de mantener enhiesta la idea futbolística, Nicolás Chaves fue indiscutidamente la figura del equipo. Muy seguro en defensa y mostrándose varias veces en ataque con su habitual manejo técnico se convirtió en el jugador destacado del conjunto de Biggeri. Por detrás, también fue buena la labor del otro marcador de punta, Vera. Coquito Rodríguez, por su prodigalidad y entrega (le faltó algo de juego, esta vez), cerró el podio.
*El rompecabezas. De cara al próximo compromiso ante Talleres (Remedios Escalada) no le será fácil al cuerpo técnico rearmar un once titular diezmado por lesiones. La mayor incógnita será saber quién ocupará el centro del ataque, a la espera de conocer el grado de las lesiones de Salinas y Cocimano (descartado de plano, Costa). ¿Será el turno de Pablo Ortiz, el juvenil que compartió pretemporada con el plantel superior e incluso disputó algunos minutos en los amistosos? Otro canterano, Axel Guerra, ¿podría ser una opción, a pesar de moverse naturalmente por afuera? ¿O nuevamente se improvisará alternando en el puesto con Pombo, Coquito o Pisano? Seguramente, Biggeri contará con el regreso de Tobías Fernández (luego de cumplir la sanción disciplinaria) y restará definir si finalmente Brandán podrá regresar al primer equipo.